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Quién crees cada vez más que Dios es y, a Su luz, crees que eres no solo es fundamental para la intimidad, es fundamental para la victoria. Vuelve a leer Deuteronomio 33:29 y verás los lazos de la victoria y la identidad firmemente unidos. Solo por el escudo y la espada de tu Dios pisarían las espaldas de tus enemigos.

Las similitudes para los creyentes del Nuevo Testamento en Efesios 6: 10-17 son hermosas.

Átalos aquí:

Cada derrota de un hijo de Dios en la batalla puede atribuirse a una de dos causas:

1) lo que aún no hemos aprendido o 2) cómo nos han engañado. Nuestras victorias y derrotas están impulsadas por nuestras creencias. También lo es la profundidad de nuestra intimidad con Dios.

Cada vez que elegimos el pecado, actuamos en base a una mentira que generalmente dice así: el mundo es un dador y Dios es un tomador. La Biblia es nuestra base segura para lo que es verdad sobre Dios, sobre nosotros mismos, nuestro pasado, nuestro futuro, sobre los demás, sobre nuestros enemigos, sobre este mundo y el próximo. Para caminar en la verdad como un hijo de Dios y ser capaz de detectar una mentira bien tejida que la serpiente ha pulido hasta que brille, comienza a cuestionar tus creencias con esta prueba: ¿Quién te dijo eso? Los pastores, líderes y maestros son regalos para nosotros, y estamos destinados a prosperar bajo su instrucción. Sin embargo, son confiables en la medida en que lo que dicen se alinea con lo que dice Dios.

Obviamente, no aprendemos nuestras identidades solo de pastores y maestros.

Nuestras identidades también son moldeadas por padres, hermanos, compañeros, entrenadores, fuerzas del orden, escuelas, experiencias, entornos y miedos. Una entrevista de muestra para aclarar el punto:

Cuéntame algunas cosas sobre ti. Bueno, soy estúpido. Tengo la peor suerte. Soy descuidado. Soy terrible con el dinero. Acogedor. No soy digno de ser amado. No tengo ningún sentido común. Soy un fracaso.

¿Quién te dijo eso? Mi mamá.

¿O fue tu ex? ¿Tus compañeros de clase? Tu enfermedad? ¿Tu propio diálogo interno?

Para caminar en la verdad con huesos sanos, cada "¿Quién te dijo eso?" necesita remontarse a Dios en las Escrituras, y, si es incongruente, necesita deshacerse. Adán y Eva cayeron en una mentira y ataron a la humanidad al polvo con ellos. Su derrota fue rápida y severa y todo por el bien de una identidad falsa. El engaño siempre es un ladrón.