La búsquedaMuestra

Dios ya conoce tu corazón. Él ya puede leer tus pensamientos. Y cuando hayas terminado con el estudio, puedes triturar tu diario si lo deseas o quemarlo en cenizas, pero entre ahora y entonces, es el verdadero yo con el verdadero Maestro del universo. Hay algo que deseas más que respuestas. Quieres revelación. Fuiste hecho para eso. Yo también.

¿Por qué Dios le haría preguntas al hombre cuando Él ya conoce las respuestas? Quizás algún día ofrecerá docenas de explicaciones, pero una y otra vez la Escritura sugiere esto: Dios, nuestro Hacedor, Redentor y Rey, quiere interactuar con Su preciada creación incluso en todas nuestras debilidades, dudas y fracasos. Y no solo interacción. Quiere compromiso. Y no solo compromiso. Quiere intimidad.

Contigo. No es quien desearía ser o actuar como si fuera frente a los espectadores. Tú.

Lee Génesis 1: 26–2: 17 y 3: 1-9, notando — tal vez marcando — cada versículo que contiene palabras que Dios le habló directamente a Adán. ¿Qué pregunta hizo Dios en Génesis 3: 9?

Ahora, cambia de lugar con Adán y deja que la inquisición divina aterrice sobre ti. ¿Dónde estás? Tienes un lugar adonde ir, pero cualquier ruta precisa a tu destino comienza con tu ubicación actual. En un diario, escribe directamente a Dios, describiendo dónde te encuentra actualmente en tu vida. Si te encuentra en un lugar relativamente bueno, díselo. Sé específico como lo harías con alguien a quien realmente le importas y que se regocijaría contigo. Por otro lado, es posible que te encuentre en un lugar monótono o en un lugar trascendental, doloroso o solitario.

Describe dónde te encuentras con total libertad de expresión ante Dios. Con toda probabilidad, estás en un lugar más matizado de lo que un adjetivo puede describir. Cuéntale las complejidades.

A decir verdad, tal vez desearías poder hacerle a Dios la misma pregunta: “Señor, ¿dónde estás? ¿Donde has estado ultimamente?" o "¿Dónde estabas cuando ...?" Quizás conozcas la respuesta bíblica y teológicamente. Tu cabeza sabe que las Escrituras prometen que Él nunca te dejará ni te desamparará, pero tu corazón actualmente siente que Él no está en ninguna parte. Realmente puedes preguntarle dónde está o, si se trata de una temporada anterior, dónde estaba.

Concluye tu diario hoy con el Salmo 139: 7-10, ya sea tomando prestadas las palabras exactas del salmista o escribiendo tus expresiones con tus propias palabras.