Todo está en calma: recibiendo el descanso de Jesús esta Navidad Muestra

Día tres: expresa tu necesidad:

«Gracias, pero puedo hacerlo.»

¿Alguna vez has rechazado una oferta de ayuda, a pesar de que realmente la necesitabas?

A veces es difícil admitir que no podemos hacerlo todo. Durante todas nuestras preparaciones navideñas, esto a veces resulta en agotamiento y mal humor. Pero esta misma autosuficiencia puede llegar a ser mortal en nuestra vida espiritual.

La verdad es que necesitamos a Jesús. Pero a menudo vivimos nuestras vidas como si pudiéramos arreglárnoslas solos. No es sino hasta que tomamos tiempo para reflexionar en la belleza de Dios (su santidad, su amor y bondad, su sacrificio redentor) que nos damos cuenta de cuán desesperadamente lo necesitamos. Hay una vulnerabilidad que viene al admitir nuestra necesidad, pero Jesús promete que aquellos que son pobres en espíritu, que son mansos de corazón y que tienen sed de justicia, son recompensados con más de Dios mismo.

Resulta que expresar nuestra necesidad es la única manera de recibir las gloriosas riquezas de Cristo Jesús que Dios ha preparado para nosotros.

El salmista llama al pueblo de Dios a adorar, inclinarse y arrodillarse ante su Creador. La palabra hebrea para adorar significa postrarse o inclinarse. Físicamente esto significa doblar nuestras rodillas reconociendo el señorío de Jesús; espiritualmente significa rendir todo lo que somos a todo lo que Él es.

Este tipo de reajuste de perspectiva y prioridades sólo es posible si primero pasamos tiempo reconociendo la grandeza de Dios; la adoración nos lleva a una visión apropiada de Dios, que nos lleva a la confesión y al arrepentimiento.

Jesús ilustra este mismo punto cuando se llama a sí mismo la vid, y a sus discípulos las ramas. «Sin Mí nada podéis hacer», les dice. «Pero si permanecéis en Mí [...] daréis mucho fruto.» Sorprendentemente, Jesús no nos llama a trabajar más duro para dar más fruto; en lugar de eso nos llama a permanecer en Él, a esperar en Él. Aquellos que permanecen conectados a Él darán mucho fruto de manera natural, porque su Espíritu es el que produce el fruto.

Permite que tu necesidad de Jesús traiga descanso y calma esta Navidad. La presión ha terminado. No tienes que hacerlo todo tú solo. De hecho, sólo necesitas descansar.

Preguntas para reflexionar: ¿Cómo te afecta la imagen de Jesús como vid? ¿Qué otros nombres de Jesús te impulsan a reconocer tu necesidad de Él? ¿De qué manera puedes expresar tu necesidad y descansar en Él hoy?