El Viaje del Legado Muestra

Contentamiento no es apatía.

Las personas satisfechas no siempre tienen lo mejor de todo, pero siempre le sacan el mejor provecho. Eso significa que siempre están activos, siempre avanzando hacia una meta.

Algunas personas piensan que las personas satisfechas, especialmente los cristianos satisfechos, no deberían hacer nada más que sentarse todo el día y orar. Parece que creen que un creyente satisfecho es solo una medusa espiritual o una burbuja que no crea interacción y no causa fricción. Pero nada de eso es verdad.

¿Necesitas pruebas? Échale un vistazo al apóstol Pablo. Si has leído las Escrituras, sabes que Pablo solo conocía una velocidad. Corría antes de encontrarse con Jesús y después de encontrarse con Él. Nunca levantó el pie del acelerador. ¡Lo único que cambió fue la dirección!

En su carta a los filipenses, Pablo dijo que todavía tenía muchas cosas que realizar. Comprendía que Dios todavía tenía una misión para él, por lo que no estaba dispuesto a dar marcha atrás. Como resultado, siempre estaba esforzándose hacia el futuro y avanzando hacia la meta de ser más como Cristo.

¿Eso te suena como una medusa? ¡A mí tampoco!

Pero al mismo tiempo, estaba satisfecho. Demostró que el contentamiento no significa falta de ambición o intensidad, y definitivamente no tiene nada que ver con la apatía. Pero sí requiere mantener nuestras posesiones materiales, e incluso nuestras metas y ambiciones, en la perspectiva correcta.

No confundas contentamiento con apatía. Sigue avanzando hacia el propósito de Dios para tu vida y trabaja en él con todo tu corazón. Sigue su plan y persigue su misión. Ese es el camino hacia el Viaje del Legado.

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