Guiados por el Espíritu SantoMuestra

La humildad atrae la atención de Dios

Cuando quieres tomar una decisión y deseas la ayuda de Dios, es importante tener la actitud adecuada. En primer lugar, recuerda que la desobediencia voluntaria en cualquier área de tu vida puede endurecer tu corazón a la voz del Espíritu Santo.

Es como si alguien se tapara los oídos con las manos y pidiera indicaciones a un transeúnte. ¡No escuchará las direcciones!
Recuerda también que Dios lo sabe todo de ti, incluso lo que hay en tu corazón, en tus pensamientos.

Un corazón humilde, es decir, dependiente de Dios, atrae al Espíritu Santo. He aquí cómo saber si tu corazón es lo bastante humilde para tomar buenas decisiones: ¿estás dispuesto a hacer lo que Dios te diga, cueste lo que cueste? ¿Tienes un plan B si Dios no te habla?

A menudo, lo que nos impide oír a Dios hablarnos (por cualquier medio) es que tenemos una idea en mente y que, diga lo que diga Dios, haremos lo que ya hemos decidido.

En estas condiciones, Dios calla a menudo, porque nuestra petición de dirección es una forma de desprecio hacia él.
Como pastor, a menudo he oído a personas que me dicen: "¡Pero pastor, yo recé por esta decisión!". Mi respuesta es siempre la misma: "¿Y qué te dijo Dios?".

Orar no es una forma de pedir a Dios que bendiga nuestra decisión. Orar por una decisión debería ser un cuestionamiento de nuestros motivos y deseos a la luz de su palabra y voluntad para nuestras vidas.

He aquí cómo ilustrar la actitud correcta: llegas a una encrucijada, con varios caminos ante ti.

La actitud correcta es decir: Me detengo y espero a que me hable con claridad antes de seguir adelante. No me fío de mi sabiduría personal ni de lo que veo, ¡me fío de ti, Señor!
Cuanto más importante es la decisión y sus consecuencias, más tiempo de pausa, reflexión y oración es necesario e importante.

Te invito a orar conmigo:

Padre, ahora vengo ante ti, me humillo, reconozco que necesito de ti, de tu consejo. Creo que eres bueno y que tienes planes para mí. Revélame tu voluntad para que pueda cumplirla, en nombre de Jesús, amén.

David Théry
Enseñanzas prácticas para experimentar a Dios