Corazón por la CasaMuestra

CORAZONES GENEROSOS

La generosidad no se trata de cuánto damos, sino del corazón con el que lo hacemos. Pablo nos enseña que Dios ama al dador alegre, alguien que no da por obligación o por querer algo a cambio, sino por pura gratitud.

Cuando recordamos que todo lo que tenemos viene de Dios, nuestro enfoque cambia y dar se convierte en una oportunidad para agradecer y colaborar con Dios en todo lo que Él está haciendo en el mundo. No se trata tanto de lo que entregamos, sino de cómo lo entregamos. Que nuestra generosidad fluya de la gracia que nos ha sido revelada, del entendimiento de que Dios es todo lo que necesitamos.

Oración: Señor, muéstrame más de ti. Quiero estar lleno de gozo al dar y que mi generosidad provenga de un lugar de gratitud. Prepara mis manos y corazón para Corazón por la Casa. En el nombre de Jesús. Amén.