La Humillación Para Una Vida De Intimidad Con DiosMuestra
“Uno de mis hermanos vino a visitarme... pregunté por los judíos que habían regresado del cautiverio y... me dijeron: “Las cosas no andan bien. Los que regresaron... tienen grandes dificultades y viven en desgracia...”. Cuando oí esto, me senté a llorar...durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo”, Nehemías 1:2-4 (NTV).
Antes del cautiverio Israel era una nación próspera. Contaba con un ejército poderoso y poseía identidad nacional. Tenía rey, su propio idioma y un majestuoso sitio de adoración: el templo de Salomón. Nada quedó después del exilio. Cuando finalmente regresaron a su patria deberían depender de Dios si es que querían ver la restauración de Israel. ¡Bendito sea el Señor que les permitió contar con líderes que reedificaron la nación utilizando solamente recursos espirituales como la oración, el ayuno, el llanto y el luto! En el libro de Joel, el Señor había establecido claramente la manera en la que sus hijos debían presentarse en ese tiempo: “Vístanse de luto...lloren amargamente... Vengan... y pasen la noche en luto... Organicen un día de ayuno. Convoquen a una reunión... en el templo... y hagan oración al Señor”, Joel 1:13-14 (PDT). “... Vuélvanse a mí... Acérquense con ayuno, llanto y luto...”, Joel 2:12 (NTV).
Escritura
Acerca de este Plan
¿Cuánto hace que no abrimos nuestro corazón delante de Dios con lágrimas? Los gemidos, los suspiros y las súplicas fueron parte de todos los héroes de la fe. ¿Estás listo para ser uno de ellos?
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar