Citas en la Edad ModernaMuestra

Un piloto para el viaje

Cuando miro el panorama de la vida y el amor en muchas personas de hoy día, veo miedo. El miedo de cometer errores, de desaprovechar algo, de perder oportunidades. En otras, puedo sentir orgullo: la insistencia de vivir una vida en sus propios términos para que nadie pueda amenazar su libertad de expresión. También en otras observo lujuria. ¿Por qué comprometerse a amar a alguien si puedes usarlo sólo físicamente? El miedo, el orgullo y la lujuria son la raíz de muchos problemas que afloran en las relaciones.

Ninguno de estos conductores tiene como objetivo el amor. El miedo cierra y quita, mas el amor abre y da gratuitamente. El orgullo no tolerará el riesgo de exponerse a sí mismo por otros, mas el amor arriesga la vulnerabilidad por el bien de la otra persona. La lujuria le dice al otro que tú solo quieres las partes que puedes usar, mas el amor abraza al ser completo, tanto en sus buenos como en sus malos días.

Mientras el miedo, la lujuria y el orgullo sean quienes estén al volante de tu relación, estarás corriendo en dirección contraria al amor sano. Ellos te conducirán al aislamiento o crearán relaciones superficiales que no honran a Dios. Esta es la situación que observo en nuestra cultura hoy día. Veo una generación naufragando, insegura de cómo navegar los mares tempestuosos del amor y evitar las trampas del miedo, la lujuria y el orgullo. Están a la deriva, azotados por vientos y olas.

Hace mucho tiempo, cuando un barco navegaba hacia aguas traicioneras, el capitán debía reconocer que carecía del conocimiento suficiente del área para guiar a su embarcación sana y salva al puerto. Cuando la realidad golpeaba (esto era antes de los días de la comunicación moderna), levantaba una bandera indicando “Necesito un piloto”. Cada vez que un piloto familiarizado con el área veía esta bandera izada al mástil, saltaba a su pequeña balsa, remaba hasta el barco y subía a bordo.

El piloto entonces comandaría la embarcación y la dirigiría con seguridad por las rocas y los bancos de arena, hacia el puerto. Para indicar a cualquier otro piloto que quisiera subir a bordo que no necesitaban a nadie más, la embarcación izaba otra bandera: una que era mitad roja y mitad blanca. Esta bandera declaraba “tengo un piloto” a todo aquel que la viera. Ningún otro era necesario y los locales podían estar seguros de que el barco estaba en buenas manos.

En medio de los mares inciertos de tu relación, también tienes una manera de trazar un curso hacia adelante. Puedes elevar la bandera de la rendición y admitir que “necesitas de un piloto” que navegará lejos de los peligros que están por debajo de la superficie. Y puedes elevar la bandera del compromiso que le dice al mundo “tengo un piloto”, y así elegir seguirlo sólo a Él.

Dios es el único que te creó y es el único que puede guiarte a casa sano y salvo. La Biblia nos dice que Él es amor (lee 1 Juan 4:8). Así que, en tu relación de hoy, admite que necesitas un guía para las aguas desconocidas del amor. Declárale a Dios que necesitas que tome el timón y te oriente. Cuando se trata de salir con alguien, es así como debe empezar tu viaje.

Responde

¿Qué papel tiene el miedo, el orgullo y la lujuria en la búsqueda de tu amor romántico? ¿De qué manera has experimentado el amor sano?

¿Cuáles son algunas de las “aguas traicioneras” que has experimentado cuando se trata de tener citas?

¿Qué significa en tu vida sentimental izar la bandera de la rendición y admitir que necesitas un guía?