Hacia lo NuevoMuestra

Todo en esta vida pasa, tanto lo bueno, como lo malo. Lo que permanece es lo que sembramos para la eternidad. Por eso es importante aprovechar cada etapa para decir: «¿Señor qué quieres sacar de mí, que sea conforme a tu Palabra, en este tiempo?»

Debemos entender que las pruebas también tienen una fecha de caducidad, y en los momentos de adversidad haremos bien en refugiarnos aún más en las palabras de Jesús que son esperanza, consuelo y poder. Dice la Palabra que el Espíritu Santo nos recordará las palabras de Jesús. ¡Qué maravilla!

Más allá del sufrimiento y del dolor, tendremos una eternidad de gozo con nuestro amado Salvador, pero podemos empezar a vivir esta eternidad en este mundo qué pasará, estando cerca de su Presencia.

Hay que disfrutar de las bendiciones de Dios y vivir cada día con gratitud, apreciando las personas que tenemos a nuestro lado, las promesas que se cumplieron y todo aquello que ahora tenemos que una vez fueron peticiones de oración.

Las cosas materiales y tangibles también son bendiciones y todos tenemos algunas que disfrutamos, dedicándoles nuestro tiempo:: la naturaleza, un buen libro, la comida… Si estamos en la Tierra hacemos bien en disfrutarla, siempre que lo hagamos teniendo esto como lema: «Todo me es lícito, pero no todo me conviene».

Hoy te invito a hacer una lista de las bendiciones que Dios ha derramado sobre tu vida.