Hacia lo NuevoMuestra

Los siguientes 3 días de este plan se relacionan con el 'invierno', un tiempo donde pareciera como si todo estuviera detenido, los sueños fueran arrancados y el corazón se invadiera de un sentido de pérdida. Pero, aun en medio del crudo invierno, seguimos teniendo lo que más amamos: nuestra fe en Jesús.

Son en los momentos difíciles donde más debemos recordar las promesas de Dios que nos llenan de esperanza. Hay algo poderoso que ocurre en nuestro interior cuando recordamos quién es Dios, lo que ha hecho por nosotros, y en nosotros.

Sabemos que Dios es bueno y fiel, ¿pero podemos decir cómo hemos visto su bondad y fidelidad en nuestra vida de manera tangible?

Las circunstancias tienden a hacernos sentir que eso que está ocurriendo es lo único que viviremos y en esos momentos es difícil ver más allá. Pero la gratitud es un arma potente contra la desesperanza. Ella nace del poder recordar lo que Dios ha hecho en un pasado. ¿El resultado? La fe se alimenta para creer que Dios volverá a obrar.

No permitas que el dolor te haga olvidar que Dios siempre tiene la última palabra, y que te ama incondicionalmente. Es más, recuerda que para los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan para bien.

Haz una lista de motivos de gratitud. Escribe lo que Dios ha hecho en tu vida y léelo cada mañana.

¡Verás como fluirá la alabanza que renueva nuestras fuerzas!