La Fe De HebreosMuestra

De Egipto a la Tierra Prometida

“Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados” (Hebreos 11:23-29 RVR 1960).

Después de presenciar un desfile de héroes de la fe, presentados en Hebreos 11, emerge el gran líder Moisés. La historia de Moisés no es solo una narrativa antigua; es un llamado ardiente a vivir con una fe inquebrantable en medio de las pruebas y tribulaciones. ¿Estamos dispuestos a tomar ese desafío? ¿Estamos dispuestos a renunciar a las comodidades temporales y abrazar las promesas eternas de Dios?

Moisés dejó Egipto sin temor, confiando en el poder divino que lo guiaba. ¿Acaso no enfrentamos nuestros propios “Egiptos” en la vida? Momentos de miedo, incertidumbre y desesperación que nos desafían a confiar en Dios. Pero como Moisés, podemos atravesar nuestros “mares rojos” con valentía y determinación, sabiendo que Dios está con nosotros.

Hoy, les desafío a vivir por fe. A no permitir que el temor o las circunstancias nos paralicen, sino a confiar en Dios en todo momento y en todas las situaciones. La fe nos lleva más allá de nuestras limitaciones, nos impulsa a enfrentar lo imposible y nos sostiene cuando todo parece desmoronarse.

Así que levantémonos con una fe audaz y decidida. Optemos por las promesas de Dios sobre las tentaciones del mundo. Vivamos cada día con una confianza inquebrantable en la fidelidad de nuestro Señor. Y que nuestra vida sea un testimonio vibrante de la grandeza de vivir por fe.

Oremos juntos: Padre Celestial, te agradecemos por la poderosa lección de fe que nos has dado a través de la vida de Moisés. Que su ejemplo nos inspire a enfrentar nuestros temores con valentía, a elegir tus promesas sobre los placeres del mundo, a confiar en tu providencia en medio de los desafíos y a celebrar tu fidelidad en todas las circunstancias. Concédenos, Señor, una fe inquebrantable que nos guíe en cada paso que damos, una fe que nos sostenga en los momentos de prueba y nos fortalezca en nuestro camino. Que podamos vivir cada día confiando en tu poder y en tu amor, sabiendo que contigo todas las cosas son posibles. Ayúdanos, Señor, a seguir el ejemplo de Moisés y a vivir una vida marcada por la fe, una fe que transforme nuestras vidas y que brille como una luz en medio de la oscuridad del mundo. Que en todo lo que hagamos, podamos glorificarte y honrarte. En el nombre de Jesús, amén.