7 cosas que la Biblia dice sobre la ansiedadMuestra

A veces suceden cosas que no puedes controlar o predecir. La ansiedad ocurre cuando pasas tiempo preocupándote por esas cosas. Ya sea que estés ansioso por una fecha límite o crónicamente plagado de preocupaciones exageradas sin ninguna razón, no estás solo. Aunque no puedas ni imaginarlo, Dios tiene raudales de esperanza almacenados para aquellos que, en medio del caos, se detienen lo suficiente como para escuchar su voz.

Romanos 15:13 es una oración del apóstol Pablo para algunos cristianos en Roma, pero si escuchas, puedes oír la voz de Dios hablándote. Pablo escoge cuidadosamente sus palabras al mencionar al «Dios de la esperanza». ¿Te das cuenta? La esperanza está en la naturaleza de Dios. Pero Pablo no le pide a Dios que simplemente les quite la ansiedad. ¿Podría Dios quitársela? Por supuesto, pero Pablo sabía que los romanos volverían a estar en el mismo sitio si no cambiaban su forma de pensar. En vez de eso, le pidió a Dios que los llenara «de toda alegría y paz», porque cuando estás verdaderamente lleno de alegría y paz, no queda sitio para la ansiedad.

No es algo tan sencillo. Dios podía haber enchufado a los romanos a su provisión inagotable de gozo y paz, llenando sus depósitos espirituales, y no dejando absolutamente ningún espacio para que la ansiedad se escondiera. Pero Dios sabía que si no cambiaban sus hábitos mentales, la alegría y la paz acabarían por dar paso a la ansiedad. Así que pidió una cosa antes de desatar el gozo y la paz del Cielo. La siguiente parte de la frase dice: «al confiar en Él.»

¿Lo ves ahora? La confianza es la llave de la puerta que está frenando un torrente de paz y alegría que rompe la ansiedad. ¿Confías en Dios? No sólo de forma superficial, sino con el tipo de confianza que te permite retirar las manos de lo que sea que estás agarrando con fuerza.

¿Es la confianza una solución mágica? No. No existe una fórmula mágica que pueda eliminar instantáneamente todos los rastros de ansiedad biológica profundamente arraigada. Pero Dios sigue siendo digno de confianza. Y confiar en Él todavía lleva tu mente y tu espíritu a la curación. Él puede ser la Roca sobre la que estés de pie y a la que te aferres mientras continúas luchando contra el poder de la ansiedad en tu cuerpo.

Dios es digno de nuestra más profunda confianza. Cuando confías en Él, te llena de tanta alegría y paz que literalmente rebosas de esperanza. Puede que no tengas ni idea de lo que es eso, y puede que sea muy difícil confiar en Dios. Pero la esencia de la fe es dar un paso al frente y arriesgarte cuando no sabes lo que va a pasar después.

¿Puedes encontrar el valor para quitar las manos de esas cosas que estás agarrando, y confiar hoy en Dios?

Michael Martin
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