Confianza, empuje y descansoMuestra
Confianza
A través de toda la Escritura, se nos dice que es Dios, no nosotros, quien produce los resultados a través de nuestro trabajo. 1 de Crónicas 29:12 (NVI) dice: “De ti proceden la riqueza y el honor; tú lo gobiernas todo”. Deuteronomio 8:17-18 (NVI) dice: “No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza”.
En una época en la que cualquiera puede iniciar un negocio exitoso, escribir un libro de gran venta o comenzar un podcast popular, puede ser tentador pensar que es nuestro empuje el que está produciendo resultados a través de nuestros esfuerzos. Como veremos mañana, Dios ordena que empujemos y usemos nuestro trabajo arduo para producir resultados a través de nosotros. Pero a medida que entramos en cualquier trabajo nuevo, debemos empezar por reconocer el hecho indiscutible de que los resultados finalmente son producidos por el Señor.
En Proverbios 16:3 (NVI), Salomón establece una secuencia de confianza, empuje y descanso que debería marcar cualquier esfuerzo que los cristianos persigamos. En el V.3 del pasaje, el hombre más sabio que jamás haya vivido ordena: “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”. Entonces, antes de apresurarnos, debemos entregar nuestro trabajo al Señor. ¿Cómo se ve esto, en la práctica?
Para empezar, parece que debemos tener versos como los que hemos leído hoy cerca de nuestros corazones, para recordarnos continuamente que es Dios, no nosotros, quien produce resultados. En segundo lugar, encomendamos nuestro trabajo al Señor cuando vamos a Él en oración y verbalizamos nuestra confianza en Él. Finalmente, además de verbalizar nuestra confianza en Dios, para nosotros mismos y para Dios, es importante que verbalicemos esta confianza a quienes nos rodean. En una cultura que celebra la capacidad de "levantarse por sus propios medios", los cristianos seremos apartados en el mundo cuando reconozcamos explícitamente que es Dios, no nosotros, el responsable de producir resultados a través de nuestro trabajo.
Pero como veremos mañana, confiar es solo una pieza del rompecabezas. Con el fin de ser instrumentos eficaces en manos de la persona que nos llama, debemos empujar duro en nuestro trabajo elegido.
Acerca de este Plan
La Biblia nos ordena a trabajar duro, pero también nos dice que es Dios, no nosotros, quien produce los resultados a través de nuestro trabajo. Este Plan de cuatro días nos mostrará, como el cristiano profesional debe aceptar la tensión entre “la confianza” y “el ajetreo” para encontrar el verdadero Día de Reposo.
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