Libre de toda ofensaMuestra

La ofensa

Cuando trabajaba en atención al cliente y algún cliente venía listo para destruir todo lo que tenía en frente, dándole rienda suelta a su ira no contra la empresa, me ofendía; pero me resultaba un poco más fácil no tomarme todo tan personal. Porque lograba separar las cosas, esta es una empresa, y aunque el cliente me trate de “ladrona” y me acuse sin vacilar; su enojo no le permite escuchar. Listo. Siguiente cliente y estaba lista para continuar atendiendo.

Pero cuando alguien cercano tenía la más mínima actitud negativa a mí, dejaba que el enemigo empiece a susurrar mentiras a mi oído que me llevaban a terminar totalmente derrotada en un mar de lágrimas los siguientes 3 días.

Lo externo puede que no nos afecte mucho, pero lo interno puede ser una puerta abierta para que el enemigo nos llene de mentiras. ¿Qué puerta debes cerrar hoy en tu vida?

Cuando aceptas la ofensa, terminas herido. Y el herido sigue el ciclo de la herida, empieza a herir a los de su alrededor.

Oración

Señor hoy perdonó a las personas que me han ofendido, a las que lo han hecho aun sin tener consciencia de que me han estado lastimando. También perdono a los que me han herido profundamente dañando mi identidad. Sana las heridas de mi alma. Quiero que mi lengua brinde alivio, que me conviertas en un árbol que da vida con sus palabras. En el nombre de Jesús. Amén.