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“ÚNETE A LA FIESTA”
En Lucas 15, Jesús cuenta una historia de un hombre que tenía dos hijos y repartió la herencia. El más joven de los hermanos derrochó su herencia en lo que la Biblia describe como “vida imprudente”. Tocó fondo y decidió volver a casa. Pensó que su padre estaría totalmente decepcionado, pero cuando llegó, el padre corrió hacia él, lo besó y comenzó a hacer una fiesta de bienvenida para ese hijo que se había vuelto pródigo. Cuando la fiesta empezó, la Biblia hace notar claramente que el hermano mayor no estaba feliz con ella.
Aunque nosotros estamos felices por el hijo que estaba perdido y fue encontrado, pienso que siempre habrá una parte de nosotros que se relacione con el hermano mayor que solamente quería ser el motivo de celebración. Lo que el padre le dice en respuesta a su resentimiento es lo siguiente: "Yo podría haber hecho una fiesta cuando quisiera". Solo porque la gente no organice la fiesta que tú quieres para ti no significa que tengas motivos para negarte a asistir a la fiesta de otra persona.
Si alguien obtiene más atención en las redes sociales que tú, únete a la fiesta.
Si alguien obtiene el cumplido que tú deseabas, únete a la fiesta.
Si alguien consigue cosas mejores, más bonitas y más nuevas que tú, únete a la fiesta.
Si alguien avanza en su carrera, ve a la fiesta.
Si alguien más encuentra esposo antes que tú, ve a la fiesta.
No me refiero, ve a la fiesta físicamente y sigue distante emocionalmente. Es posible estar en algún lugar y no estar ahí al mismo tiempo. Realmente ve a la fiesta. Cuando te niegas a celebrar a otras personas en sus logros, comenzarás a hervir en desánimo y te ofenderás cuando deberías estar celebrando.
El hermano mayor dejó que el desánimo fantasma le permitiera creer que un buen padre era un mal padre. Esto es lo que pasa. Ya sea que hayas tenido un buen padre, un mal padre o no hayas tenido un padre, perdónalo. Perdona a las personas que te han hecho daño porque no dejarlo ir sólo sirve de veneno para tu propio destino, no para el de ellos.
Escritura
Acerca de este Plan
La estrategia del enemigo es poner distancia entre nosotros y las personas que más amamos, una ofensa a la vez. Inofensible es el esquema de cómo Dios puede usar las cosas de la vida que más nos han herido, para formar nuestra confianza y ayuarnos a ser la persona que siempre hemos querido ser. Ser inofensibles, no se trata de nunca ofenderse. Se trata de no mantenerse ofendido
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