InofendibleMuestra

“UN PASEO PARA RECORDAR”

Uno de los efectos secundarios de la ofensa es que puede hacer que vivas una vida en la que evites hacer cualquier cosa que pueda generarla. No sueñas más porque la última vez que lo hiciste, alguien dijo algo ofensivo. Eso que ellos dijeron se repite en tu mente cada vez que piensas en perseguir un sueño. 

A menudo me pregunto la cantidad de barreras mentales y espirituales que Pedro tuvo que superar antes de que él caminara sobre el agua. ¿Qué pensarían los discípulos de Él? ¿Qué pasa si se ahoga? 

Esas barreras fueron superadas por la curiosidad de saber quién podría ser y qué podría hacer. Esta curiosidad lo guió a salirse de su conformidad y adentrarse en lo desconocido. 

Sí, Pedro casi se ahoga. 

Sí, Jesús lo salvó. 

Sí, Pedro tenía dudas. 

Sí, Pedro no debió fijar sus ojos en los vientos y mareas y debió fijar sus ojos en Jesús. 

Sí, Pedro debió tener más fe y menos dudas en su mejor amigo. 

Pero no te pierdas de la mejor parte de la historia de Pedro. Él caminó una cantidad desconocida de metros hasta Jesús y después casi se ahoga. Nosotros sabemos que la tormenta no cesó hasta que los dos regresaron al bote. Entonces lo que nosotros podemos concluir acerca de esto es… Jesús y Pedro caminaron juntos de regreso a través de la tormenta. 

Pedro obtuvo algo en las profundas aguas que no podría haber obtenido en lo seguro del bote: Un paseo para recordar. 

Pedro tenía todas las razones lógicas para jugar en pequeño, pero ¿dónde le habría llevado su lógica? ¿A dónde te está llevando tu lógica? Cada ofensa que has experimentado fue diseñada para mantenerte en el bote. Cualquier cosa que hagas, no permitas que una ofensa te haga jugar en pequeño. Mi esperanza y oración es que no permitas que las heridas del pasado te alejen de tus sueños futuros. Mi esperanza y oración es que perdones a las personas que te han ofendido, y a las personas en tu futuro quienes inevitablemente lo harán. Mi esperanza y oración es que haya un momento en tu vida donde Jesús y tú tengan un paseo para recordar. Y no importa cuán terrible sea la tormenta, oro... para que nunca camines a través de las tormentas... sin Jesús.