Las batallas que enfrentan las mujeresMuestra

Las batallas que enfrentan las mujeres: Identidad

Una anciana se acercó al mostrador de la farmacia y le habló en voz baja a nuestro empleado: "¿TÚ podrías ayudarme?... Preferiría que ELLA no... SU tipo de personas están sucias.”

Yo era "ELLA" a la que se refería, de pie a cierta distancia detrás del mostrador.

Además de algunos insultos por parte de un matón de la escuela secundaria, esta fue mi primera experiencia real con el racismo. Ha pasado más de una década desde que ocurrió el incidente, pero todavía recuerdo cómo me hizo sentir. Mi corazón se aceleró. Mi voz tembló. Sus palabras dolieron.

Pero yo sabía quién era. Y yo no estaba sucia. Ninguna parte de mí creyó o recibió esas mentiras. Sabía quién era (y sigo siendo) en Cristo.

Soy un tesoro. soy sagrada soy suya.

Me apena cuando pienso que tantas personas preciosas no entienden su valor. Han creído las mentiras del enemigo dichas a través de los labios de un padre, cónyuge, compañero de trabajo, conocido o extraño.

El capítulo 4 de Juan cuenta la historia de una mujer que conoció el aguijón del racismo y los prejuicios sociales. Ella era una mujer samaritana y cinco veces divorciada. En aquellos días, ambos títulos gritaban insignificancia.

Pero me encanta cómo trabaja Jesús ya quién se dirige. Fue a esta mujer insignificante y condenada al ostracismo que Jesús eligió infundir esperanza y revelarse a sí mismo. “Si supieras el regalo que Dios tiene para ti… Yo soy el Mesías.”

Un encuentro con Cristo y la insignificancia de esta mujer fue enterrada y nació una nueva identidad.

Tal vez has creído las mentiras del enemigo. Un padre que debería haberte afirmado, no lo hizo. Un esposo que prometió honrarte, mintió.

Sea cual sea tu situación, no permitas que la voz del enemigo penetre en tu Espíritu y te derribe. Más bien, deja que las palabras de nuestro Mesías se infiltren en tu alma y te den esperanza, "Porque si supieras el regalo que Dios (todavía) tiene para ti".

Lo más importante es que oro para que las palabras de nuestro Mesías te recuerden tu verdadera identidad.

Eres un tesoro. eres sagrada Eres Suya.*

(*Letra de Beautiful de MercyMe)