Memoriza con un propósito y un planMuestra

«Renueva y prepara tu mente»

Hace un par de años corrí mi primera y única media maratón. No aparecí el día de la carrera sin prepararme antes durante seis meses. Mi meta era terminar la carrera y en un margen de tiempo respetable. Al comenzar mi preparación mi intención era caminar los 15 km, pero a medida que seguía mi plan diario de entrenamiento me hice fuerte y empecé a trotar un kilómetro aquí y allá, y finalmente corrí la distancia completa. Un mes antes de la carrera era evidente que podría correr al menos la mitad de la maratón.

El día de la carrera estaba junto a una joven amiga que había entrenado para correr la carrera completa. Mientras íbamos a la línea de salida me preguntó si quería correr con ella y yo acepté de mala gana, sabiendo que probablemente solo sería capaz de seguir su ritmo unos pocos kilómetros. A lo largo de la pista los corredores éramos animados por los espectadores que sostenían banderas y gritaban: «¡Podéis hacerlo!». Sin darme cuenta corrí 10 de los 15 km, y terminé la carrera en mucho mejor tiempo de lo que había previsto. Preparar mi cuerpo y mi mente para la maratón me dio la fortaleza, no solo para competir, sino además para terminar bien. 

Antes de mi periplo de memorización de las Escrituras, mi mente estaba llena de pensamientos autodestructivos: «Nunca seré suficientemente buena» o «Dios nunca me perdonará por eso»,  e incluso «soy muy vieja para cambiar ahora». No solo empecé a creer esas mentiras, sino que mi comportamiento comenzó a expresar mi filosofía de vida. En lugar de caminar con confianza, estaba caminando con vergüenza y derrota.

La mente humana funciona con lo que se alimenta; si se alimenta continuamente con mentiras, salen mentiras. Para renovar mi mente debo reemplazar las mentiras con la verdad de Dios. ¡La batalla se gana o pierde en la mente! Mi perro me arrastra con su correa tan lejos como le es posible, hasta que tiro de la correa y le ordeno que se siente. De la misma manera debemos renovar nuestros pensamientos indisciplinados, cogiendo con autoridad la correa de cada pensamiento, e intencionalmente alineándolo con la verdad de la Palabra de Dios.

Debemos estar preparados, con la correa adecuada de la verdad de Dios, si queremos capturar nuestros pensamientos con la Escritura. La única manera en que es posible renovar nuestras mentes es tener la Palabra almacenada en nuestros corazones. Y ese conocimiento nos dará gran ánimo, porque empezaremos a entender el amor que Él tiene por nosotros y su increíble gracia. Sin embargo, para correr bien tu carrera tu mente debe ser renovada y preparada.