Compromete tu trabajo al SeñorMuestra

Sacudir esperanzas y sueños


Hay algo en el comienzo de un nuevo año que genera sentimientos e ideas específicas.

La mayoría de nosotros ya hemos hecho nuestras resoluciones y hemos intentado garantizar que estos cambios se hagan realidad. De hecho, diría que gran parte del primer trimestre del año se dedica a sacudir nuestras esperanzas y sueños, sacándolos del armario en donde los dejamos cuando las cosas estaban demasiado ocupadas.

Tenemos una tendencia innata a revisar nuestras aspiraciones, planes y objetivos al comienzo de un nuevo año. Este es un ciclo normal en el que esperamos cambios y mejoras, mientras esperamos ansiosamente que la intervención divina tenga lugar y nos ayude en nuestros esfuerzos. Hacemos planes para comer más sano, eliminar malos hábitos, ahorrar dinero o para retomar ese proyecto que hemos estado postergando.

Lamentablemente, los estudios han demostrado una y otra vez que la mayoría de estas resoluciones siguen inconclusas. La mayoría se olvidan antes de que termine el mes de enero. ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestras resoluciones, metas y sueños se alcancen durante este año?

Comienza con encomendar nuestro trabajo al Señor.

Proverbios 16:3 nos dice que si ponemos nuestras obras en las manos del Señor, nuestros proyectos se cumplirán. Por ende, no sólo debemos invitar a Dios a participar en la planificación de nuestras resoluciones, sino también escuchar su guía para que podamos llevar a cabo estos planes plenamente. Cuando nos encontremos estancados por nuestras agendas, podemos pedirle a Dios que nos proporcione la fuerza y determinación para continuar la búsqueda de las metas que nos fijamos. Debemos entregar nuestras acciones, ideas y responsabilidades a Dios.

Si invitamos a Dios a formar parte de nuestro viaje, no nos desviaremos tan fácilmente de los obstáculos que se presenten.

Cuando confiamos en nuestra propia capacidad, a menudo nos defraudamos a nosotros mismos.

Pero cuando confiamos en Dios, Él nunca decepciona.