Cambio de Gobierno

En el Evangelio de Marcos, vemos las palabras del Señor cuando dijo: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Marcos 13:28-31

Me encanta como el Señor mismo, tal vez viendo a los discípulos con la misma cara con la que estamos nosotros, llenos de angustia y temor, anuncia ese cambio de gobierno. Era necesario que Él mismo lo manifestara.

¿Cómo es esto? Los brotes de los árboles nos recuerdan la palabra profética que el Señor nos dio en Avivamiento al Parque, para este año 2022, ¡Año de la Primavera del Espíritu!

“Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.” Cantares 2:11-12

Hay un cambio de gobierno, se ha mudado la estación, ya están empezando a verse algunos retoños, porque se está anunciando que la primavera ha llegado sobre nuestras vidas. Podemos ver los cambios de estación, podemos ver surgir las plantas, son señales que anuncian que el hijo de Dios está a la puerta, pero aún no es el fin.

Una señal no es otra cosa que el anuncio de algo que está por venir, pero el tiempo y la hora nadie lo sabe. Por miles de años, la iglesia ha anunciado y se ha creído que se acerca el fin del mundo, pero el tiempo y la hora sólo en la voluntad del padre está.

Dios no nos llamó a conocer la fecha, Él nos llamó a estar expectantes, a estar velantes, a mirar los símbolos, los signos, las estaciones. A mirar que el invierno pasó y la primavera llegó, que el soplo del Espíritu ha venido sobre la nación, no para nuestro deleite exclusivo, sino para que en medio de ese deleite, la iglesia salga y anuncie al mundo las virtudes de aquel que nos llamó, para que mostremos a las personas a nuestro alrededor, que ese precioso Espíritu también puede consolar su familia, su sociedad, puede alentar a los políticos que se levantan, puede abrazar la economía que parece retroceder, puede interceder entre dos naciones que se quieren matar y traer paz de verdad, traer un gobierno justo. Porque la justicia para la humanidad somos tú y yo que anunciamos: ¡Mi Jesús está a la puerta!