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Greatly Loved

DÍA 3 DE 5

De todos los nombres que Dios nos ha dado, Hijo de Dios ha sido lo más difícil de comprender para mí.

Tal vez sea porque mi infancia fue un constante apremio por crecer, y nunca llegué a entender del todo cómo sería vivir como un niño.

¿Significa convertirse en un niño sentirse seguro y cuidado, sin temor al futuro? ¿Ser curioso y atreverse a tomar riesgos? ¿Descansar, estar lleno de alegría y libre del peso del mundo?

Esa no fue mi infancia.

Mi padre batalló con la adicción, formó parte de una banda y vivió con hepatitis C. Alguien le presentó a Jesús, y cambió su vida (¡Alabado sea Dios!). Comenzó a trabajar en las calles de San Francisco para ayudar a nuestros amigos que viven sin hogar y batallan con la adicción. Estoy orgullosa de las calles donde crecí y sorprendida por lo que vimos a Dios hacer, pero también vino con una infancia difícil. A temprana edad, vi personas asesinadas frente a mí, mis padres agredidos y varias drogas que se vendían y usaban. A los 18 años, mi papá enfermó de cáncer y falleció.

Aprendí desde temprano a asumir grandes responsabilidades, enfrentar pérdidas, ser resiliente y trabajar duro. Hubo aspectos positivos en ello, pero también negativos. Pasé mis primeros años de adultez agobiada por la presión de ser productiva y mantener el control, sin permitirme pausas, estresada por el futuro y sin dejar espacio para la capacidad de asombro propia de la infancia en mi vida. En el camino, herí profundamente a algunas personas.

Estos últimos años, he estado en un viaje de redescubrir lo que este nombre realmente significa.

Esto es para el que haya vivido con el peso del mundo sobre sus hombros: eres más de lo que te han dicho. Dios te llama su hijo (Gálatas 3:26).

Una vez que entregamos nuestras vidas a Jesús, se nos invita a reaprender lo que significa ser como un niño. Podemos entregarle las cargas que nunca estuvimos destinados a llevar solos. Resulta que estamos más seguros de lo que jamás imaginamos: para confiar, tomar riesgos, dar pasos de fe, descansar, disfrutar y celebrar, como los niños que se sienten seguros y amados.

Hijo de Dios. Ese es tu nombre.

Esto es para el que se siente que nunca será liberado de la vergüenza de lo que fue o de lo que ha hecho: eres más de lo que te han dicho. Jesús te llama libre, en verdad (Juan 8:36).

Cuando entregamos nuestras vidas a Jesús, el mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos ahora vive en nosotros. Tenemos una nueva postura, perspectiva y poder que fluye dentro de nosotros.

Si Dios no es suficiente para levantarnos de entre los muertos, si no es suficiente para salvarnos de nuestras vidas de pecado, si no es suficiente para redimirnos de todos los lugares en los que hemos estado, entonces no podría haber sido suficiente para resucitar a Cristo. Así que, o hemos recibido nueva vida, o Jesús sigue muerto.

Pero como no lo es, como el sepulcro está vacío y no hay huesos del Salvador entre las tumbas, sabemos que la muerte ha sido vencida hace mucho tiempo.

No estás encadenado a tu pasado

Libre, en verdad. Ese es tu nombre.

Amigo, puede que estés cargando con cargas que ya no necesitas llevar. Puede que estés viviendo encadenado cuando ya no tienes por qué hacerlo.

Entrégaselas a Dios y vive como el hijo libre de Dios que realmente eres.

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Acerca de este Plan

Greatly Loved

Hosanna Wong sabe de primera mano lo que es sentirse invisible, indigno y no amado. En este plan de 5 días, desvela nueve nombres con los que Dios te llama y ofrece un estímulo práctico y realista para ayudarte a desenmascarar las mentiras, verte a ti mismo a través de los ojos de Dios y vivir con una postura y un propósito nuevos.

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Nos gustaría agradecer a Hossana Wong por proveer este plan. Para más información, por favor visita: https://hosannawong.com/greatlyloved