Él dijo, ella dice: El poder de orar la Palabra de DiosMuestra

Lo Que Dios Quiere para Ti: la Inexistente Pizarra de Dios

Supongo que un niño tiene entre 3 y 4 años cuando comienza la disciplina "oficial". Ese fue el caso en nuestra familia, mientras Michael y yo estábamos intentado decidir la mejor manera de corregir a Cole cuando hizo un berrinche o se alejó de nosotros en medio de Walmart. ¿Pegarle? ¿Una tabla de comportamiento? ¿Castigarlo?

En algún momento, sin embargo, no tienes tiempo de decidir el mejor método, y ese instinto paternal que el hospital puso en tu pañalera aparece. "¡Te voy a dar una X!" exclamé después de uno de los ataques de gritos de Cole.

¿Una X? ¿Qué rayos era una X y de dónde salió esa amenaza?

Yo no sabía qué era una X, pero parece que Cole sí. Eso fue todo. Lo amenazaba con "una X" y él se enderezaba, se callaba, y obedecía cada una de mis palabras. Wow... ¡La paternidad iba a ser fácil! Al menos eso creí.

Cole y yo estábamos viendo viejos dibujos animados un sábado cuando noté algo. Cada vez que el coyote animado corría hacia la dinamita, sus ojos se volvían Xs grandes y negras. Ay no. Mi hijo pensó que estaba amenazando con matarlo.

Hasta donde yo sé, Dios no da Xs. Dios no tiene un grueso marcador rojo para ponerle marcas de verificación a tu nombre en una pizarra celestial. Él no está condicionando su amor por ti a lo que hiciste o no hiciste, has hecho o no hayas hecho. Romanos 5:8 nos dice, "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."

Su Palabra no dice, "el Señor nada bueno nos niega" a menos que seamos ex adictos. Su Palabra no dice, "el Señor nada bueno nos niega" a menos que nos acaben de diagnosticar cáncer. No, Salmos 84:11 dice, "... Nada bueno niega a los que andan en integridad."

Dios quiere el bien para ti, su hijo, y cada promesa en su Palabra es para ti. Él es tu mayor alentador. Él está liderando el grito "¡vamos, tú puedes!"

Considera decir y proclamar los siguientes versos en voz alta mientras los lees. Recuerda, la Biblia dice que el poder de la vida y la muerte están en la lengua, en las mismas palabras que decimos.

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Tomado deÉl Dijo, Ella Dice, por Allyson McElroy de On3Ministries.com