Él dijo, ella dice: El poder de orar la Palabra de DiosMuestra

Hay un hermoso versículo en Apocalipsis 12:11 de la última derrota de nuestro enemigo, Satanás.

Ellos triunfaron sobre él por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio.

¿Leíste eso? Superamos batallas, gigantes, depresión, ansiedad, enfermedad, culpa, inseguridad, soledad y conceptos erróneos por la maravillosa salvación que recibimos cuando creemos y confesamos la muerte y resurrección de nuestro Jesús y por la palabra de nuestro testimonio. Por. NuestrasPalabras.

Al testificar, proclamar y decir, como David lo hizo acerca de su Dios y su gigante, puedo tener una batalla por delante, pero 1 Juan 4: 4 dice que pertenezco a Dios. ¡Ya he recibido la victoria porque el Espíritu dentro de mí es más grande que el espíritu en este mundo! ¡Este es mi testimonio!

Al testificar, proclamar y decir con fe, como Elías con la más pequeña nube de lluvia, es posible que no veas la respuesta. Puede que no sientas la respuesta. Pero sé que Dios dijo que Él está a mi favor y no contra mí y que soy más que vencedor, ¡así que venceré!

Al testificar, proclamar y decir, como una adolescente recién equipada y comprometida a hablar la palabra de Dios, sé que las palabras que digo pueden traer vida o muerte. Así que hoy, hablaré de la vida, la curación, el aliento y la paz, y solo las cosas buenas hacia y sobre esta situación.

¿Cuál es tu testimonio? ¿Qué versículo de la Espada del Espíritu necesitas lanzar a tu gigante? ¿Qué ha dicho Él en su Palabra que tú necesitas decir?

Esta es una oración para orar diariamente. Sus palabras vienen directamente de LA PALABRA. SUS PALABRAS. Toma "Él dijo, Ella dice" muy literalmente y pone el poder de tu Padre Celestial directamente de tu lengua a la línea de batalla de cada gigante que puedas enfrentar:

Padre celestial, me regocijo de que me hayas dado grandes y preciosas promesas. Me regocijo de que no me negarás nada bueno. Tú lo dices, y yo lo creo. Haces que todo trabaje en conjunto para mi bien. Tus palabras son para mí y son poderosas. Tus palabras me guían. Cuando las hablo, hablo vida. Cuando las practico, soy bendecida. Gracias por darme esta arma espiritual para luchar contra todas las guerras y luchas que puedan venir en mi camino. Hoy seré fuerte en Ti y en tu poder. Usaré esta arma espiritual, la Biblia, leyéndola y hablándola sobre mi vida. Hoy te doy mis preocupaciones y cuidados. Hoy elijo no preocuparme por nada y, en cambio, te diré lo que necesito y te agradeceré por todo lo que has hecho. Fijaré mis pensamientos en lo que es verdadero, honorable, correcto, puro, hermoso y admirable. Confiaré en Ti y no en mi propio entendimiento, sabiendo que cuando lo haga, Tú me dirigirás. Padre, dijiste que puedo orar por cualquier cosa y, si creo que la recibo, la tendré. Creo. Padre, creo que me has dado fuerza. Creo que me has dado propósito como tu obra maestra. Creo que cualquier espíritu de temor o timidez que sienta no proviene de Ti, porque me diste un espíritu de poder, amor y autocontrol. Tú lo dijiste y yo lo creo. Dijiste que estás conmigo. Cuando me sienta con el corazón roto, me sanarás y vendarás mis heridas emocionales. Cuando me sienta abrumada, creeré y aceptaré que la victoria es mía a través de Cristo Jesús. Creo que el Espíritu dentro de mí es más grande que cualquier cosa física o emocional que enfrentaré en este mundo. Creo que Tú estás de mi lado y me has dado una vida rica y satisfactoria. Creo que me amas y que nada me separará de ese amor. Gracias, Jesús. Recibo de Ti y hablo sobre mi vida alegría, bendiciones, bien, paz, poder, comprensión, claridad, sanidad, amor, autocontrol y victoria abrumadora. Soy una vencedora. En el nombre de Jesús, Amén

---

DeÉl dijo, ella dicepor Allyson McElroy of On3Ministries.com