Abrumada por mis bendiciones (Parte 3)Muestra

Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.

Y se ríe de lo por venir. ¿Cómo es posible que esta mujer de Proverbios 31 se ría ante lo que está por venir? ¿En cosas de las que ni siquiera tiene idea?

Realmente, piénsalo. Ninguno de nosotros sabe ni siquiera lo que traerá el mañana. Somos planificadores y nos gusta saber lo que nos espera para poder estar preparados y listos. Y cuando no lo sabemos, los miedos pueden surgir rápidamente.

Algunos de los miedos con los que trato y con los que he lidiado en el pasado son sobre la vida de mis hijos. Por la vida de mi esposo. En la época anterior a los teléfonos móviles, ¡tenía todo planeado para el funeral de mi marido antes de que llegara tarde del trabajo! El miedo es algo muy común entre nosotras, las mujeres.

Todavía tengo que luchar contra el miedo a que le pase algo a mi familia. Que mi salud se deteriore. Luego, ¿dónde estaría? ¿Cómo lo lograría? ¿Cómo podría sobrevivir?

Entonces, ¿cuál es el secreto de esta mujer de Proverbios 31? ¿Cómo puede reírse ante lo desconocido?

Creo que ella tiene una confianza tan completa y verdadera en Dios, en Su fidelidad, en el hecho de que Él tiene el control, que ella tiene verdadera paz y descanso en su corazón. Ella conoce la fuente de esos temores, y no es Dios. Entonces, ella ríe. Ella se ríe sin temor al futuro, sabiendo que está en sus manos y que Él es digno de confianza.

Todavía quiero llegar allí. A ese lugar tranquilo donde puedo descansar, confiar y simplemente sonreír. Y la mayoría de los días, me resulta cada vez más fácil. Algunos días, todavía tengo que forzar esa sonrisa creyendo en la Verdad de la Palabra de Dios. Mi mente tiene dificultades para envolver mi corazón completamente alrededor de ella.

Una de mis mentoras que vivió las horribles atrocidades del holocausto, Corrie ten Boom, dijo: "Nunca tengas miedo de confiar un futuro desconocido a un Dios conocido". Y, "La preocupación no vacía mañana de su dolor, vacía hoy de su fuerza". Ella debía saberlo.

¿Y tú? ¿Qué miedos están agotando tus fuerzas y evitando que te rías sin temor al futuro? Confiésalos ahora. Él te sostiene a ti y a tus hijos. Créelo.

Oh, Padre. Quiero conocerte, confiar en ti, entregar incluso el mañana en tus manos amorosas y soberanas, pero sé que mis miedos me mantienen atada y me impiden confiar plenamente en ti. Te pido valor para hacer la elección constante de ser totalmente tuya, sabiendo que tienes mi futuro, y el de mi familia, en tus sabias manos. Que la alegría por lo que eres se eleve en mi espíritu en este momento, poniendo una sonrisa en mi rostro. Gracias por amarme, especialmente cuando tengo miedo.