Abrumada por mis bendiciones (Parte 2)Muestra

"¡Creo que me estoy volviendo loca!" Vamos, sabes que lo has dicho, o al menos lo pensaste más de una vez desde que asumiste el título de mamá. Sé que lo hice. Todavía lo hago, en un día corriente.

La mente de una esposa y madre tiene un millón de cosas en marcha, todas al mismo tiempo. "Ponte los zapatos, tenemos que irnos en diez minutos. ¿Qué quieres decir con que no puedes encontrar tus zapatos? (¿Por qué no puedo encontrar un sistema para enseñar a mis hijos a poner todo en su lugar?) ¿Dónde puse mi teléfono? Espera. ¿Tengo todo lo que necesito en mi lista de la compra? ¿A qué hora tenía esa cita? ¿Por qué no hay gasolina en mi coche?" Podría seguir todo el día.

Nuestras mentes son muy complejas, y admitámoslo, somos bastante buenas en la multitarea y logramos mucho solo a través de nuestro pensamiento.

Pero nuestras mentes también son el lugar donde tropezamos. Tenemos un enemigo muy real para destruirnos a nosotras mismas y a nuestra influencia. Cuando tenemos tantos pensamientos confusos, comenzamos a escuchar las mentiras más que creer la verdad de quiénes somos y quién es Él.

La Biblia es muy clara en esto: ¡Si pertenecemos a Cristo, tenemos su mente! (1 Corintios 2:16) No la sabiduría humana, sino el poder de Dios.

Ese pensamiento me deja boquiabierto. ¿Tenemos la mente del Todopoderoso? ¿El Creador del cielo y de la tierra?

¡Nosotros podemos elegir nuestros pensamientos! Nosotros podemos rechazar las mentiras del enemigo y estar de acuerdo con la verdad de nuestro Padre amoroso. Nosotros podemos poner nuestra mente en las cosas de arriba, donde está Cristo.

Jesús, oro para que mi mente esté puesta en Ti, no en mi entendimiento humano. A partir de aquí, las cosas parecen un poco sombrías y abrumadoras. ¿Me ayudarás a poner mi mente en las cosas de arriba y no en lo que veo y siento?