21 maneras de prosperar a los 45Muestra

Hacer espacio

Nos decimos a nosotros mismos (nuestro corazón y alma) que la vida bajará de ritmo. Después de las vacaciones. Después de que los niños terminen la escuela. Después de un gran proyecto en el trabajo. Asumimos que en algún momento programaremos un tiempo para respirar. Tomamos té verde en nuestra taza favorita. Hacemos grandes planes para quedarnos en nuestro cómodo sofá mirando la ventana. Sin embargo, la vida tiende a convencernos de que todo es urgente. Todo es importante AHORA MISMO. Metemos tantas cosas buenas como sea posible en nuestro día junto con todas las cosas que tenemos que hacer. Ya sabes, como escuchar al jefe, alimentar los niños y bañarlos. Nuestra agenda se ve completa. Y lo está.

Si bien hay temporadas en las que estamos más ocupadas que otras, debemos hacer espacio en nuestras vidas. No podemos funcionar vacías. Tenemos que parar. Reagruparnos. Respirar. Dormir bien. Incluso decir no a las cosas buenas para hacer lugar para las cosas grandes. En nuestro margen, nuestro tiempo que no está planificado, es posible acomodar algo de cuidado personal. Esto reconoce límites. No todos somos capaces, increíbles, todo el tiempo. Somos mujeres finitas con una necesidad de límites para mantener nuestras vidas bajo control. Si bien la idea de equilibrio puede ser imposible, en una armonía misericordiosa nos conectamos con Cristo, con nuestra familia, con los demás, con nuestro trabajo, y con nosotros mismos. Sea como sea que parezca ahora, es el momento de averiguarlo.

Muchos de nosotros estamos muy ocupados cuidando de todos y de todo menos de nosotros mismos. Es en los límites que caminamos en la paz que Dios nos da. Ahí, nos recargamos para los días venideros. Para mí, el cuidado personal es como leer un buen libro. Es todo un placer y es bueno para el alma. La vida no se trata de lo que producimos, sino en quienes nos convertimos. Los márgenes dejan espacio para el crecimiento, para respirar, para la vida.

Nuestras almas, nuestros corazones, y nuestra fuerza prosperan cuando nos negamos a llenar cada centímetro de nuestros días y meses. Cuando otros se asomen a nuestras vidas, verán descanso y trabajo en armonía con el Rey. Mientras que seguimos a Jesús, dejamos de dirigir nuestro mundo. Lo buscamos para nuestros próximos pasos, compromisos en el calendario, y descanso.