Intimidad con DiosMuestra
INTIMIDAD A TRAVÉS DE LA ADORACIÓN
“A Jehová cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva” (Salmo 104:33)
Martín Lutero, el célebre reformador alemán, escribió en una ocasión: “Cuando no puedo orar, canto”. Se ve que Lutero, como nosotros, tenía días en los que los pensamientos, como manada de nius, corren desbocados sin mucho tino hacia la ansiedad, y las mil distracciones de este mundo. Hasta al poeta John Donne, profundo en su devoción como pocos, tenía momentos así. En cierta ocasión escribió: “Me distrae de Dios y sus ángeles el sonido de una mosca”. Momentos así tenemos todos, a veces con mayor frecuencia de lo que podríamos desear, sin que por ello rehuyamos de nuestras disciplinas espirituales. He descubierto en tres décadas de ser un hijo de Dios, que la intimidad es cuestión de querer, no de sentir meramente. Que la adoración es un ejercicio intencional, y que cuando mis pensamientos se dispersan, erráticos y sin patria fija, como anárquicos vagabundos, puedo adorar con esas canciones aprendidas en momentos de mejor lucidez.
Adorar, claro está, no es solo cantar con asombro de la grandeza de Dios, implica mucho más que eso. Adorar es un estilo de vida rendido a Dios, que implica una consagración integral de cada aspecto de la vida. Pero cantar es una forma muy acertada de verbalizar lo invisible, lo que hay en mi alma agradecida, lo que no cambia por malos que sean los tiempos. He descubierto, como Lutero, que es muy útil cantar cuando embotado de mente, disperso de palabras y tal vez cansado físicamente, me cuesta mucho más hilvanar una oración centrada y vigorosa. Además, ¿adorar no es una forma de orar también? ¿No canto cosas que oro y oro cosas que canto?
Dios desea nuestra intimidad, pero ella vendrá solo de una resoluta decisión. Como el salmista hemos de elegir alabar y adorar al Señor mientras alcance la vida. En buenos y malos momentos, nuestra adoración ha de ser para el Señor. Cantemos desde un alma redimida, agradecida y feliz por lo que ha hecho Dios. Adoremos como una declaración de guerra contra el hastío y el furibundo mundo que nos asedia con ofertas execrables. Cantemos con franca determinación, con los ojos iluminados por el anhelo de la eternidad.En los días grises, cante, en el feliz desenlace, cante, en la tortuosa prueba cante, en la pesarosa enfermedad, cante. No hay un mejor momento para adorar que ahora mismo, hágalo ya, cante, cante para el Señor en briosa adoración.
Escritura
Acerca de este Plan
Somos llamados a tener intimidad con Dios, a conocerle y vivir apasionadamente para él. Para ello, la oración, la adoración y la Palabra de Dios, serán vehículos imprescindibles en este noble fin espiritual. En este Plan examinaremos estos tres aspectos para ir a una mayor intimidad con Dios.
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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/?hl=es