Encuentros Con Su GloriaMuestra
Los discípulos ya llevaban varios años conviviendo y aprendiendo de Jesús antes de que sucediese el encuentro del que leemos hoy. Ya habían visto muchos milagros y habían escuchado múltiples enseñanzas. Sin embargo, había algo que todavía no habían experimentado ni visto: Jesús en su gloria.
En este pasaje, Jesús toma la iniciativa: Él invita a los discípulos a subir a la montaña para estar juntos. No fue idea de los discípulos, sino que una vez más, nos encontramos con que Dios toma la iniciativa. Verdaderamente tenemos a un Dios relacional y apasionado por mostrarnos facetas de quién es Él.
Durante este encuentro en la montaña, pasa algo increíble: el rostro de Jesús resplandeció como el sol, sus vestiduras se volvieron blancas y de repente aparecieron Moisés y Elías para pasar un rato con Él. Fue en medio de este momento asombroso que Pedro empieza a pensar “qué debería hacer”. No sabemos si fueron los nervios, la inseguridad o las ganas de aportar algo que hicieron que Pedro reaccionase de esta manera, lo que sí sabemos es que Dios le mandó callar y simplemente estar. ¿Te suena familiar? A menudo Dios nos invita a tener momentos con Él, pero nuestra cabeza se va a pensar en: qué hacer para Dios y por quién orar, o simplemente nos distraemos pensando en algo que no tiene nada que ver con lo que está sucediendo en ese momento. Menos mal que Dios es misericordioso, y al igual que con Pedro, nos invita una y otra vez a callar y a enfocarnos en él.
Pedro no solo se distrajo de lo que realmente estaba sucediendo en el momento, sino que además propuso quedarse en la montaña y no bajar. Pero ese no era el plan de Jesús. Si seguimos leyendo la historia vemos que era sumamente necesario que bajaran porque al pie de la montaña había un niño que necesitaba ser sanado.
Lo mismo pasa con nosotros: Jesús nos invita a “subir”, toma la iniciativa de querer estar con nosotros y desea revelarnos facetas nuevas de quién es Él, quiere que callemos y que escuchemos y aprendamos. Pero también quiere que “bajemos” y demos de lo que hemos recibido al mundo que nos rodea. Hay muchas personas que son como el niño de esta historia: necesitan un toque de Jesús, y tú y yo tenemos a Jesús dentro.
Escritura
Acerca de este Plan
Todos anhelamos un encuentro con el Dios Padre y creador. Lo más increíble, es que Él también quiere encontrarse con nosotros, por eso la Biblia está llena de historias de personas comunes y corrientes que buscaron a Dios, vieron su gloria y fueron transformados. Durante los siguientes días, estaremos estudiando algunas de estas vidas y viendo cómo estos encuentros con Dios cambiaron sus vidas para siempre.
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Nos gustaría agradecer a Amistad Cristiana por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.amistadcristianamadrid.org/