Control De CalidadMuestra

Pregunta #4. ¿Cumple su función?

Cuando alguien diseña un objeto lo hace con uno o varios propósitos. Hay muchos tipos de ellos, pero solo una de las posibles funciones es decorativa. Dicho de otra manera: pocos objetos son realmente SOLO decorativos. Generalmente se espera del objeto algo más. Tiene propósito amplio y se proyecta hacia fuera mediante este, sin el cual todo pierde sentido.

Mostrar o reflejar belleza es una función muy interesante, y me atrevo a decir que importante (Dios es bello, y lo bello le refleja), pero si se convierte en el sustitutivo del resto de objetivos de una creación, entonces este se convierte en un elemento inútil, y eso le hace perder buena parte de su encanto y función.

En nuestro proceso de control de calidad, tenemos que examinar todas estas cosas sin ignorar ninguna:

• Las ideas de fe, esperanza y amor, como tales, no cambian a nadie.
• La teorización es, demasiadas veces, pura palabrería.
• Saber mucho acerca de estas cosas tampoco implica necesariamente profundizar.
• Solo envanece y, sobre todo, nos engaña pensando que con eso estamos en el camino correcto.
• Nos conformamos en ese caso con pura cosmética, y nos olvidamos del cambio de fondo que verdaderamente hermosea el rostro de dentro afuera, la alegría que impacta al mundo, que es la que se presenta de forma sobrenatural como gozo y paz que sobrepasan todo entendimiento en medio de la dificultad (Filipenses 4:7).

Por esa misma razón, la fe, esperanza y amor puestas EN MOVIMIENTO transforman el mundo. El camino se hace andando, no teorizando. No hablamos de sucedáneos, sino de verdadera transformación que se torna en movimiento y acciones: obrar, trabajar y persistir.

Pablo, Silas y Timoteo no solo estuvieron en medio de los tesalonicenses en palabra, sino con obras constantes y prácticas de amor:

• procurando no serles gravosos,
• asumiendo tareas nada gratas, como las de consolar, cuidar que no se extraviaran o exhortar;
• no evadiendo los problemas, sino persistiendo en medio ellos (“porque para esto estamos puestos”)

La manera en que servimos a Jesús, entonces:

• no puede ser aisladamente un espacio para obras, trabajo y constancia,
• y tampoco para una fe, amor y esperanza que no se concretan en nada.

Nos obligamos a conservar unidos los elementos que nunca deberían separarse: obras por la fe puesta en Jesús, amor concretado en trabajo hacia otros y constancia por la esperanza de que sabemos hacia dónde vamos a pesar de las mareas que atravesamos.

Así es que podremos ser aprobados.

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