Control De CalidadMuestra
Pregunta#1: ¿Está el producto íntegro?
En cualquier control de calidad que se precie, lo primero que uno identifica con urgencia es si el producto está íntegro, es decir, si le falta alguna pieza.
Detecto con preocupación cómo los seres humanos muchas veces nos empeñamos en escoger entre opciones que no están allí para ser autoexcluyentes, sino complementarias. No diferenciamos entre contradicción y paradoja (que parece incompatible, pero que realmente no lo es), y luego nos faltan elementos fundamentales.
Esto ha sucedido en la historia del cristianismo en múltiples ocasiones. Algunos ejemplos:
- En el eterno debate entre soberanía de Dios y responsabilidad humana.
- Cuando solo se presenta a un Dios que es amor, pero no que también es igualmente justo, y al revés
- En la historia de la iglesia, cuando se desprestigió, por ejemplo, la epístola de Santiago por tanto tiempo a favor de textos como el de Pablo a los Romanos (el propio Lutero lo enfocó de esta forma, sin ir más lejos), porque pareciera que había que escoger entre redención por fe y esta última puesta por obras.
Apliquémoslo a nuestros textos de hoy:
- ¡No tengo que elegir entre teoría y práctica! Lo primero debería llevarme a lo segundo.
- Tampoco entre fe y obras: las segundas son prueba y señal de la primera.
- ¿Tomamos el trabajo y la responsabilidad en detrimento del amor, o al revés? ¿No son lo uno y lo otro elementos que han de caminar conjuntamente?
- La constancia (el opuesto a una emocionalidad voluble) se nutre de la propia esperanza a la que está unida: persistimos porque perseguimos algo mayor que Otro ya ganó por nosotros.
Elegir para simplificar, entonces, puede ser un gran enemigo para nuestra vida cristiana. Un correcto proceso de calidad no admite que seccionemos el 50% de algo solo porque no sepamos compatibilizar los elementos. Si a un coche se le quitan las ruedas, ya no es un coche, pero además no anda. El buen producto no admite recortes baratos, ni ahorros de este tipo en materiales.
A veces nos perdemos en lo que no entendemos, como si eso fuera excusa para no poner en marcha lo que es mucho más sencillo y sí tenemos al alcance de nuestra comprensión:
- la fe lleva a obras,
- el amor a trabajo,
- y la esperanza a constancia.
No estoy haciendo mezclas impropias, ni sincretismo. Estamos asegurando la calidad de nuestra vida cristiana andando como Él anduvo.
Acerca de este Plan
¿Haces periódicamente una revisión de tu vida cristiana? ¿La sometes a un buen control de calidad que te permita dar lo mejor al Maestro? Acompáñame a la primera epístola a los Tesalonicenses, para hacernos algunas PREGUNTAS PRÁCTICAS RELEVANTES sobre ese proceso de comprobación y crecimiento.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://paraquenosvayabien.com/