HechizadosMuestra
Adictos a los sucedáneos
Una de las ventajas de estudiar la Biblia en esta época es, en la mayor parte de casos, poder tener acceso a múltiples versiones y traducciones de las Escrituras. Me hizo reflexionar recientemente encontrarme con la palabra “HECHIZADOS”, sustituyendo a la que me resultaba más familiar hasta ahora en este texto de Gálatas que nos ocupa (“fascinados”).
Creo que se me hizo más sugerente porque el énfasis está en una especie de embrujo, y no solo una cuestión de embelesamiento o admiración. Bajo el hechizo uno está como fuera de sí, de lo que es la propia esencia, incluso tan absorto en lo que le atrapa que no llega a ser ni siquiera consciente del poder que tiene sobre él hasta que, quizá, es ya demasiado tarde.
Pablo les había presentado a los gálatas a Cristo crucificado, y no solo muerto, sino también resucitado. El poder sacrificial y el amor extremo del Salvador no tenían comparación y, sin embargo, rápidamente habían sucumbido al hechizo de otras cosas porque ellos, tal y como nos sucede a nosotros, huían de lo nuclear y central para darse a los sucedáneos con extrema facilidad. Buscaban y creían encontrar la salvación en otros sitios, pero no hay mentira mayor que esa.
Ellos estaban escogiendo la ley y los rituales de los cuales habían salido para volver a revolcarse en esos lodos. Se agarraban a aquello de vuelta porque otros, negando la suficiencia del sacrificio de Cristo, les vendían el judaísmo como su verdadero salvador funcional. Ahora bien, no pensemos nosotros en este tiempo que estamos lejos de los gálatas en cuanto nuestras decisiones. El corazón de las personas no ha cambiado. Solo el aspecto de los falsos dioses que perseguimos.
El que piensa estar firme, mire que no caiga. Eso nos incluye a todos. Si ya te sabes entre los que se embrujan fácilmente por esas otras cosas, tienes más camino que otros avanzado. Si te acercaste a este texto pensando que este es el mal de los demás, pero no el tuyo, espero poder hacerte cambiar de opinión o, más bien, que la Palabra misma lo haga, como lo hace conmigo una y otra vez.
Son las corrientes más sutiles las que nos arrastran hacia el fondo con mayor sigilo. Fascinados, hechizados, embrujados... perdidos sin Cristo.
Escritura
Acerca de este Plan
Demasiadas cosas alrededor parecen fascinarnos y apartarnos de lo central: Cristo y Su cruz. ¿Cuántos falsos dioses alrededor nuestro confunden nuestros sentidos hasta el punto de tenernos como hechizados? ¿Por qué, habiendo palpado Su libertad, volvemos sobre los mismos lodos? Exploramos esto en este plan de 7 días. ¿Me acompañas?
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.lidiamartin.com/