No Estás LejosMuestra
Después de que hombres armados con espadas y palos, enviados por los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa, arrestaron a Jesús, lo llevaron con el Concilio Supremo. Muy temprano por la mañana, lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.
Jesús fue cuestionado por él, y Pilato se dio cuenta de que los sacerdotes lo habían arrestado por envidia. En aquella época, era costumbre del gobernador poner en libertad a un preso durante la celebración de la Pascua. Lo hacía cada año y elegía al que la gente pidiera. Así que Pilato les dio la opción de liberar a Barrabás, un revolucionario que había cometido un asesinato, o a Jesús. Como ya sabrás, la multitud eligió que crucificaran a Jesús.
Jesús, siendo el Rey del mundo, fue burlado, despreciado, golpeado, avergonzado públicamente, y finalmente, asesinado de la manera más cruel y despiadada.
Jesús fue crucificado para llevar el peso de nuestro pecado y pagar así el precio de nuestra libertad. Jesús terminó todo lo que Su Padre le llamó a hacer mientras estuvo en la tierra. Abrió el camino para que nosotros pudiéramos acercarnos al reino de Dios, a Su presencia, a Su familia.
Jesús fue el Rey que invirtió el orden de las cosas. Él dio su vida por sus súbditos en lugar de exigir que sus súbditos dieran la vida por Él. Hizo exactamente lo que les dijo a sus discípulos que haría cuando iban de camino a Jerusalén: “Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10 :45).
Tú eres uno de los muchos. Jesús dio su vida por ti.
El reino de Dios está cerca.
Nunca estás lejos.
Acerca de este Plan
¿A veces te sientes lejos de Dios... o quizá sientes que Dios está lejos de ti? Es común sentirse así. Pero si lo que dijo Jesús es cierto, Dios está más cerca de lo que piensas.
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