Conoce tú por qué: encontrando y cumpliendo tu llamado Muestra
Llamada al valor
Siempre que salimos en fe, asumimos un riesgo. Cada vez que nos atrevemos a esperar frente a la desesperanza o soñamos el sueño imposible, que estamos dispuestos a intentar lo que el mundo podría descartar como insensato, no estamos haciendo esto con absoluta seguridad de que nuestros intentos tendrán éxito. ¡Incluso los riesgos tomados en el poder de Dios siguen siendo riesgos!
Dios no es un facilitador a pedido que hace que cada esfuerzo tenga éxito. Parte de la fe cristiana, de estar dispuesto a soñar, significa estar dispuesto a fracasar. Estar dispuesto a asumir riesgos para Dios es asumir que Él está en control y nosotros no.
Esto es fácil de decir, pero en la práctica puede ser una lección difícil y dolorosa de aprender. Una vez que hemos sido quemados por un riesgo, puede ser increíblemente difícil tomar otro. El miedo al fracaso nos puede detener en seco. Pero si no estamos tomando riesgos, entonces no estamos viviendo una vida de fe y "sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6 NVI). Jugar seguro no es la respuesta al miedo al fracaso; eso nunca va a satisfacernos.
En la parábola de los talentos en Mateo 25, encontramos que el maestro premió a los siervos que estaban dispuestos a arriesgarse a hacer crecer lo que se les había dado. Al que jugaba a lo seguro, enterrando su tesoro en el suelo porque veía al maestro como un hombre duro, un matón despiadado que no toleraba el fracaso, recibió su ira. Los que confiaban en la bondad del maestro fueron recompensados.
Los que se han arriesgado en la fe y han encontrado que sus esperanzas vuelven a estrellarse en la tierra, a los que se atrevieron a soñar que Dios podría hacer algo nuevo pero se han quedado aplastados y decepcionados, Jesús les dice: "¡Bien hecho, buen y fiel siervo!". Bien hecho por soñar, por estar dispuesto a ver las cosas como todavía podrían ser y no como son. Bien hecho por salir con fe a pesar de tu miedo y vacilación. Bien hecho por atreverse a pensar que tal vez no se pierda la esperanza.
Nuestros fracasos no son fracasos a los ojos de Dios. Cuando salimos en fe, siempre triunfamos, tengamos o no éxito en nuestros términos. ¿Quién sabe cómo Jesús podría usar nuestros fracasos?
Escritura
Acerca de este Plan
Este plan devocional de 7 días te ayuda a apropiarte del llamado de Dios en tu vida. Encuentra y cumple tu llamado mientras estableces tu identidad como alguien conocido, amado y llamado por Dios. Las lecturas son extraídas del libro "Conoce tu Por qué" de Ken Costa.
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