Conoce tú por qué: encontrando y cumpliendo tu llamado Muestra
Tomando la perspectiva de Dios
Uno de los problemas que enfrenta el cristianismo hoy día, es que se rehusa a creer que Dios podría preocuparse en nuestros futuros individuales, que Dios puede preocuparse de nuestro día a día o que tiene planes para nosotros aún fuera del ámbito religioso. A menudo nos sentimos bien con la idea de que Él puede llamar a otras personas, pero también puede haber una profunda inseguridad de que Dios pueda usarnos. Cuando se trata de nuestro llamado y nuestro futuro, tememos que Dios nos haya olvidado.
Fácilmente podemos imaginar que los políticos, trabajadores sociales, y doctores encuentran más fácil la seguridad de que su trabajo está encaminado a su llamado cristiano. Pero, ¿qué hay de aquellos que no atienden pacientes de cáncer, llevan asistencia, o evangelizan desde una plataforma? ¿Cómo pueden ver un llamado que es único para ellos?
Parte de la respuesta está en tratar de ver nuestro trabajo a través de los ojos de Dios, en vez de verlo desde el punto de vista del mundo. El mundo es materialista en sus juicios y estándares. Mientras más obvias sean nuestras buenas acciones y más gente impactemos, el mundo juzgará que nuestro esfuerzo vale la pena. Pero esa no es la perspectiva de Dios.
Al final, la mayoría de nuestros esfuerzos serán olvidados por el mundo. Ellos serán polvo y cenizas en comparación con la Gloria eterna de Dios. Hay una hermosa comparación en el versículo de Isaías 40: "La hierba se seca y la flor se cae, pero la palabra del Señor permanece para siempre" (versículo 8). Cuando se trata de la dignidad de nuestro llamado, debemos tener la perspectiva divina y recordar que los estándares de Dios no son como los del mundo.
Algunas personas son llamadas a hacer grandes trabajos—gobernar países, dirigir esfuerzos de ayuda, evangelizar a millones. Y algunos son llamados a hacer pequeños actos de servicio—servir café con una sonrisa, limpiar las calles, cocinar un pastel para sus vecinos. Pero Dios no ve estas acciones como acciones inconsecuentes. Para Él son un bello derrame de Su Espíritu.
El llamado del servicio a Dios en el centro de trabajo puede ser revivir una compañía que está cayendo. O quizás ser fiel y leal amigo de un compañero de trabajo que está teniendo momentos difíciles. Lo que el mundo puede juzgar como algo más o menos insignificante, para Dios no lo es.
Escritura
Acerca de este Plan
Este plan devocional de 7 días te ayuda a apropiarte del llamado de Dios en tu vida. Encuentra y cumple tu llamado mientras estableces tu identidad como alguien conocido, amado y llamado por Dios. Las lecturas son extraídas del libro "Conoce tu Por qué" de Ken Costa.
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