Buscando refugio: El corazón de Dios para los refugiadosMuestra
Vivir como “extranjeros y extraños”
¿Cuál es la primera palabra en la que piensas cuando escuchas la palabra “extraño?”
Para muchos, la respuesta es “peligro.” Desde luego, existen buenas razones por las que advertimos a los pequeños no confiar en desconocidos, pero incluso a veces como adultos, incluso tal vez como sociedad, nuestra primera reacción hacia quienes son diferentes a nosotros es sospechar que presentan una amenaza potencial.
La Biblia exige un acercamiento diferente hacia los extranjeros. La palabra griega para hospitalidad, philoxenia, significa literalmente “el amor de extraños.” Tendemos a pensar que la hospitalidad es invitar a nuestros amigos a comer, pero siempre que sean nuestros amigos a quienes recibamos, no es una hospitalidad real, al menos no en el sentido original de la palabra.
La Biblia nunca promete que sea seguro tratar a todos los extraños, pero aun así se nos ordena reiteradamente amarlos. El libro de Hebreos sugiere que cuando lo hacemos, podemos estar recibiendo a un ángel sin saberlo. Aquellos quienes suponen una amenaza en nuestra sociedad pueden ser, de hecho, una bendición.
Otra clave bíblica que enseña sobre los “extraños” es que, si profesamos seguir a Jesús, somos extrajeros. Pablo, Pedro y el autor de Hebreos usan el concepto de inmigración como una metáfora para lo que significa ser cristiano. Nuestra principal identidad, reemplazando nuestra lealtad a nuestro país, ciudad, familia o cualquier otra identidad, es como ciudadanos del Cielo y eso significa que nunca debemos “encajar” en la Tierra.
Aunque es adecuado ser agradecido y leal a nuestro país, debemos tener cuidado de nunca conformarnos totalmente con la cultura a nuestro alrededor, pues nuestro principal hogar es en otro lugar. Incluso cuando se integran a un nuevo país, los refugiados llevan con frecuencia en sus corazones la añoranza por el país que se vieron obligados a dejar y tienen mucho que enseñarnos sobre lo que significa seguir a Jesús, vivir y buscar lo bueno de este país estando siempre conscientes de nuestra verdadera patria.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Cómo podría el mandato bíblico de hospitalidad, amar a los extraños, influir en tu respuesta hacia los refugiados que llegan a tu comunidad?
2. Si tu lealtad es primero con el reino de Dios sobre cualquier país en la Tierra, ¿cómo se diferenciaría tu perspectiva hacia los extranjeros de la de quienes no son cristianos?
Acerca de este Plan
La Biblia habla reiteradamente del corazón de Dios para quienes son refugiados, personas que debido a persecución se han visto obligadas a huir de su país de origen y establecerse en uno nuevo. Este Plan de lectura está adaptado de Buscando refugio: En las orillas de los refugiados globales.
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