¿Alguna vez te has preguntado por qué? Muestra

¿Te preguntaste alguna vez por qué Dios contesta algunas oraciones pero otras no? 

La pregunta de hoy es dolorosa, y como las grandes preguntas, no viene con una respuesta tuiteable. Quizás has estado rogando a Dios durante años por la salud de una persona que amas pero su condición permanece igual. Al ver sufrimiento en el mundo te preguntas por qué Dios no arregla el problema. 

No importa lo difícil que sea tu situación, debes saber que Dios te ve y cuida de ti. La Escritura dice que Él está cerca de los quebrantados de corazón, que Dios prefiere que te sientas airado con Él a que te alejes de Él. 

Entonces, primero, entérate que tienes permiso para hacer esta pregunta, la cual tiene el potencial de acercarte a Dios en el proceso. 

Segundo, recuerda que no hay respuesta fácil. A veces Dios contesta nuestra oración exactamente como esperamos. El cáncer está curado. Los que amamos deciden seguir a Jesús. Se vio Su provisión. Otras veces, nuestras oraciones parecen llegar al vacío sin respuestas, dejándonos frustración y miedo acerca de nuestra propia fe. 

Pero ¿y si nuestras oraciones no fueron dejadas sin respuesta sino respondidas de una manera que no deseamos? A veces Su respuesta es no. Otras, es esperar. ¿Qué hacemos? ¿Cómo puede un Dios amoroso no venir en pos de Su hijo? 

Aquí está lo difícil de admitir pero importante de recordar: Dios no existe para servirnos. Nosotros existimos para servir a Él. 

¡Que gran verdad es esta! Nosotros tenemos una perspectiva limitada pero Dios ve la totalidad de Su plan para toda la creación. 

No siempre sabremos por qué Dios no contesta la oración como es deseada. Isaías 55:8-9 nos recuerda que los caminos y los pensamientos de Dios son más altos que los nuestros. Incluso las oraciones de Jesús no siempre fueron contestadas como Él quería. Pidió que se le quitara la cruz, pero confió en que el plan de Dios era el mejor. 

Tal vez la pregunta no se trate tanto acerca de por qué Dios no contesta las oraciones como lo deseamos sino más bien de quién es Dios y por qué debemos confiar en Él. Conocer el carácter de Dios puede darnos esperanza aún cuando no entendemos nuestras circunstancias. 

La Escritura nos recuerda quien es Dios: nuestro refugio, nuestra fuerza, nuestro Sanador, nuestro Redentor y mucho más. 

Enfoquémonos en el Salmo 23. Podemos ver mucho acerca del Dios a quien servimos:  

• Dios es nuestro Pastor. Él es un guía confiable, aun cuando no entendemos dónde estamos yendo. Conoce el futuro, nosotros sólo el presente. Más aún, ¿no es mejor confiar en un Salvador que lo ve todo, a depender de nuestra propia, limitada perspectiva?  
• En Él, tenemos todo lo necesario. Si Dios nunca contestara la oración como lo deseamos, tenerlo a Él sería más que suficiente. 
• Nos hace descansar en verdes pastos, Él atraviesa junto a nosotros por valles oscuros. A menudo nos enfocamos en las oraciones que no resultaron como lo esperábamos en vez de reconocer merecidamente las bendiciones que Él nos da. 
• Nos conforta, Su bondad y amor van delante nuestro. 
• Por Jesús, nuestro futuro con Dios está asegurado sin importar cuál sea nuestro dolor actual. 

No sabremos por qué Dios no concede lo que deseamos pero al confiar en lo que Él es, encontramos consuelo en el Único que establece las estrellas en el cielo y sabe cómo empezará y terminará cada día de nuestra vida. 

Ora: Dios, a menudo lucho por entender por qué no siempre respondes mis oraciones como lo espero, aunque no lo sepa, confío en quien Tú eres. Hoy, estoy luchando por _______. ¿Podrías recordarme Tu bondad? En el nombre de Jesús, amén. 

Desafío: Haz una lista de lo que Dios dice que Él es y las formas en que has visto Su bondad en tu vida.