Cantando en la oscuridad: Encontrando esperanza en los Cantos de la EscrituraMuestra

Una canción para el Camino Arduo

¿Te has encontrado en una temporada en la que el trabajo te resulta tedioso y monótono? Tal vez, aunque en teoría sabes que debes estar en una época de preparación, no sabes muy bien para qué o por qué estás aparentemente atascado en tu momento actual. Estás ansioso por que el futuro se dé prisa y llegue ya.

Las Escrituras están repletas de personas que andan por caminos arduos, llamadas a superar circunstancias tediosas o difíciles día tras día, año tras año. Moisés es un ejemplo excepcional y un guía maravilloso en ese viaje. Cambió una fase aburrida de su vida—una carrera de cuarenta años pastoreando ovejas—por una temporada más difícil de pastoreo: guiando a cientos de miles de israelitas malhumorados y quejicas en un viaje de cuarenta años al lugar prometido por Dios para ellos.

La historia de la transformación de Moisés mientras Dios le guiaba en el largo viaje es realmente fascinante. A medida que el Señor le guiaba paso a paso, lentamente, su dependencia de Dios crecía. Llegó a ver las cosas más como Dios las ve. Su paciencia se hizo más profunda. Se hizo infinitamente más sabio y extraordinariamente compasivo y amoroso.

Me encanta que Dios estuviera de antemano preparando a Moisés para sus aventuras que cambiarían el mundo a través de cada momento de su ardua vida. Moisés necesitaba su educación para escribir el Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia. Necesitaba su formación militar para el liderazgo y la logística. Y necesitaba sus dotes de pastor para proteger y dirigir pacientemente al pueblo que Dios le había encomendado.

Dios no se complace en absoluto en nuestro dolor. Y siempre está con nosotros en medio de él, haciendo que todas las cosas contribuyan a nuestro bien (Rom. 8:28). Incluso cuando no entendemos por qué las cosas no van según nuestros planes, podemos estar seguros de que el Señor siempre nos ofrece fielmente su fuerza inamovible.

Cuando mi carrera, tanto la docencia como la música, era mi única meta al final del arduo camino, aquel camino me parecía mundano. Quería llegar rápidamente, cumplir todos mis objetivos ayer. De hecho, las cosas que he conseguido han sido muy gratificantes—al menos por unas pocas horas. Pero cuando me importan más que cualquier otra cosa, la mañana siguiente se convierte nuevamente en un suplicio.

Sin embargo, cuando mi objetivo es caminar con Dios por el arduo camino, me siento lleno de vida. Hay oportunidades para detenerme y disfrutar de la belleza de la naturaleza o de un rato con un amigo. Hay espacio para escuchar, respirar y orar. Y hay muchas canciones de esperanza mientras avanzo paso a paso.

Reflexión: ¿Puedes recordar una temporada difícil en la que Dios profundizó tu carácter y confianza en Él? Reflexione sobre ello y dale las gracias de cómo te ayudó durante ese tiempo. O, si no puedes pensar en ese momento, pídele que te muestre, incluso hoy, Su fidelidad en los detalles de tu vida.