¿Quién es Jesús? Parte 3Muestra

Crisis de identidad

¿Tienes algún amigo o hermano que en un momento es tu mejor amigo y al siguiente tu enemigo número uno? Puede parecer que esto es exactamente lo que pasa entre Jesús y Pedro en este capítulo. Veamos la escena.

Llegamos a este punto en el ministerio de Jesús en que su fama se ha propagado a muchas regiones y ciudades. Así que Jesús insiste a sus discípulos sobre lo que se habla en las calles. ¿Quién dice la gente que soy? El grupo responde con algunas de las ideas que han escuchado: la reencarnación de Juan el Bautista, o tal vez Elías, el profeta, o a lo mejor uno de los famosos profetas antiguos. 

Entonces, Jesús lo hace personal: 

“Y ustedes, ¿quién dicen que soy? Simón Pedro contestó: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente”. Mateo 16:15-16 NTV

“Mesías” es un título que significa el ungido o elegido. Pedro responde correctamente sobre la identidad de Jesús, pero pocos versículos después revela su apego a su propia definición de lo que realmente significan estas palabras. Pedro, como muchos otros, tenía esperanzas sobre quién sería el Mesías y lo que lograría. Y probablemente estaba ligado a la imagen popular de un rey conquistador que liberaría al pueblo judío de la autoridad romana. Pero Jesús tenía mucho más en mente, y para lograrlo, tendría que morir. Escuchar esto sacudió el mundo de Pedro. ¿Cómo podría Jesús conquistar algo si estaba muerto? “¡Dios nos libre, Señor!”, dijo: “Eso jamás te sucederá a ti”.

Esto dice Jesús: 

… “¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios”. Mateo 16:23 NTV

Guau. ¡A Pedro se le llama la atención! Pero, ¿por qué? Jesús está diciendo que la manera de pensar de Pedro estaba en contra de a donde Él se dirigía. Y eso es un gran problema. La actitud de Pedro era pequeña y egoísta, limitada por lo que él quería que Jesús fuera. 

¿Con cuánta frecuencia nos vemos atrapados en la misma mentalidad? ¿Con cuánta frecuencia terminamos cortando y pegando hasta que obtenemos esta versión de Jesús y sus enseñanzas que es mucho menor de lo que Él realmente dijo y es? ¡Esto no está bien! Es decepcionante confiar en una versión de Jesús inferior a lo que Él realmente es. El verdadero Jesús es más que suficiente, es suficiente en todos los sentidos. Él es Dios con nosotros. Nunca intentemos colocarlo en nuestros pequeños cajones seguros o comprimir al Rey del Universo en un concepto egoísta. Permitamos que Jesús sea Rey, porque cuando lo vemos por quien realmente es, comenzamos a vernos como realmente somos.