Reflexiones de NavidadMuestra
Llega el gran día
Finalmente, la natividad: un niño recién nacido en un pesebre, sus padres y los pastores. Esta historia podría haber caído en el olvido del tiempo si no fuera por el niño que nació ese día de invierno.
El pesebre era probablemente un anexo a una casa familiar donde se alojaba y alimentaba a los animales. La mayoría de los niños no nacían en palacios ni en buenas condiciones sanitarias; muchos morían al nacer o cuando eran muy jóvenes.
Retrocediendo un poco, el gobernador, siguiendo un decreto de César Augusto, ordenó a todos los varones que fueran a su ciudad natal a registrarse, algo así como un censo, pero con consecuencias más severas en caso de no hacerlo.
Este fue un mal momento para José y María ya que ella tuvo que viajar de Nazaret a Belén en las últimas etapas del embarazo. El viaje fue largo y agotador, unos 145 kilómetros. No sabemos cuánto tiempo se quedaron antes de que llegara el gran día, pero parece que no fue mucho. El censo significaba que la ciudad estaba llena, por lo que el no encontrar un lugar adecuado para el nacimiento no habría sido inusual, pero sí un inconveniente.
Mucho de lo que involucró la obediencia de María a Dios fue, como mínimo, inconveniente. No debemos esperar que el hacer la voluntad de Dios sea siempre conveniente, simple o directo. María enfrentó el oprobio social, la separación de su familia, por lo menos en tres ocasiones, y el dolor más grande para cualquier madre: la muerte de un hijo, “una espada te atraveserá el alma”. Cuando María dijo “hágase conmigo conforme a tu palabra” posiblemente no había comprendido todo lo que implicaba, pero tampoco nosotros cuando le decimos sí al Señor. Decirle no es una contradición. Decir sí es siempre la mejor respuesta porque aunque puede venir con dificultades, también trae una profunda satisfacción y paz, sabiendo que agradas a Dios. En otras palabras, estamos en mejor situación aunque no lo parezca.
Llega el gran día y Jesucristo, el Verbo encarnado, nace como un niño indefenso en un lugar insólito entre personas igualmente insólitas. No nació en un palacio; no estuvo rodeado de privilegios ni vivió en un siglo especializado en atención hospitalaria neonatal.
Los reyes de Israel, los sumos sacerdotes y los delegados romanos brillaban por su ausencia. ¿Alguien se dio cuenta? Bueno, sí, lo hicieron, pero eso es para otro día.
Un gran día, el más importante para la humanidad, pasó casi desapercibido. Sin embargo, algo maravilloso, algo hermoso sucedió en el pesebre ese día. Llegó el niño de nuestra redención. Dios habitando entre los hombres, Dios con nosotros, Dios para nosotros.
Escritura
Acerca de este Plan
Nuestra historia de Navidad comienza con la anunciación del ángel a María y concluye con la visita de los magos. En estas reflexiones y aplicaciones de la narrativa navideña me referiré sobre todo a Lucas, ya que el suyo es el relato más completo de los evangelios.
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