Perdonar lo que no puedes olvidar: Un reto de 5 diasMuestra
DÍA DOS
Cuando lo inmutable parece imperdonable
VERSÍCULOS: Romanos 12:19–21, 1 Pedro 5:7, Efesios 6:11–12
Cuando lo inmutable parece imperdonable.
Cuando alguien se lleva algo que jamás recuperarás. Cuando el resultado parece tan definitivo que no puedes orientarte para saber cómo seguir adelante. Cuando te lastiman tan profundamente que temes no volver a sentirte normal nunca más.
Con una pena tan intensa por todas estas situaciones dolorosas, es una completa locura pensar que el perdón debe aplicarse aquí. ¿Qué se lograría con el perdón?
Entiendo esta pregunta. Yo misma he luchado con ella. Y aunque seré la primera en la fila en levantar mi mano y admitir que el perdón es un paso difícil de dar, es también el único paso que conduce a algo bueno. Cualquier otra opción, incluyendo la de no hacer nada y permanecer donde estamos, solo añade más dolor sobre el dolor. Aquí hay algunas verdades que he aprendido a retener en mi corazón cuando estoy luchando por dar un paso hacia el perdón:
1. El perdón es más gratificante que la venganza. (Romanos 12:19–21)
La venganza es pagar dos veces por el daño que alguien más te hizo. Puedes pensar que te hará sentir mejor a corto plazo, pero a largo plazo siempre te costará más emocional y espiritualmente de lo que nunca querrías pagar. Lo único que hará tu venganza es añadir tu maldad a la de ellos.
El perdón no deja a la otra persona libre de culpa. En realidad la pone en las manos de Dios. Y entonces, a medida que atraviesas el proceso del perdón, se ablanda tu corazón. La paz que da el perdón es más gratificante que la de la venganza.
2. Nuestro Dios no es un Dios que no hace nada. (1 Pedro 5:7)
Hace poco participé en una sesión de preguntas y respuestas donde alguien del público preguntó: “¿Cómo puede Dios simplemente no hacer nada?” El dolor en su pregunta era profundo. ¡Cómo entiendo lo que se siente! Cuando estás sufriendo tanto que cada respiro parece insoportable, es fácil comenzar a asumir que Dios no está haciendo nada.
Pero nosotros no servimos a un Dios que no hace nada. Él siempre está obrando. Puede ser un milagro que se realiza lentamente. Puede ser diferente de lo que esperamos. Pero Dios nos ama y siempre está haciendo algo.
3. El enemigo es el verdadero villano. (Efesios 6:11–12)
Sí, la gente tiene la opción de pecar contra nosotros o no. Y sin duda, cuando nos sentimos heridos, la persona que nos lastima pudo haber participado voluntariamente en el plan del enemigo. Pero me ayuda recordar que esa persona no es mi verdadero enemigo. El diablo es real y está en un ataque total contra todas las cosas buenas. Él odia la palabra “juntos” y especialmente trabaja con una gran intención contra cualquier cosa que traiga honor y gloria a Dios.
Oh, amigo, los sufrimientos que cargas son enormes, y tu anhelo por deshacer algo de lo que se ha hecho es muy comprensible. Está bien tener tanto el deseo de querer que las cosas cambien como la aceptación de que en este lado de la eternidad no van a cambiar. Puedes tener ambos. Puedes honrar a ambos.
Añadir la verdad a nuestra perspectiva hace que incluso lo inmutable sea perdonable. Nada de esto es sencillo. Estas no son verdades para simplemente leerlas, sino para permanecer con ellas. Y permanecer en ellas, hasta que podamos atrevernos a caminar por ellas. Vivirlas, y tal vez algún día proclamarlas como una verdad que hemos decidido aceptar.
RESPONDER:
Revisa los tres puntos sobre el perdón. ¿Cuál es el que más necesitas? Escribe el versículo que corresponde a ese punto y dedica un tiempo meditándolo y memorizándolo esta semana.
Acerca de este Plan
¿Alguna vez te has sentido atrapado en un ciclo de dolor sin solución, recordando ofensas una y otra vez en tu mente? Sabes que no puedes continuar así, pero cuando tu corazón se ha hecho pedazos, el perdón parece una petición imposible. Lysa TerKeurst lo comprende profundamente y te invita a acompañarla en este Plan de lectura de 5 días de su nuevo libro Perdonar lo que no puedes olvidar y descubrir el don sanador de Dios.
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