Vivir el cambio: Encontrando IdentidadMuestra

La autoridad sobre nuestras vidas

Cuando somos jóvenes son nuestros padres los que tienen la autoridad y el poder de tomar decisiones por nosotros. Incluso cuando crecemos y somos más independientes debemos seguir leyes y reglas. Hay expectativas en el trabajo, en las relaciones y en nuestra cultura. Hay mucho que considerar pero en última instancia tenemos la opción de elegir qué opiniones son las que tienen autoridad en nuestras vidas.

Cuando era pequeña, mi padre solía decirme que yo era "huesuda". Él no pretendía herirme y yo sabía que me quería mucho. Sin embargo, eso no impidió que ese comentario fuera de lugar me hiriera. Me llegó al corazón y fue un eco en mi mente durante años. Era un constante recordatorio de que nunca podría ser delgada y que nunca sería suficiente.

Quizás como yo, has sido herida por algún comentario dicho descuidadamente por algún familiar cercano. Quizás tu madre te haya dicho que eres insoportable o tu hermana nunca te ha querido cerca. Quizás dependes de los halagos de tu jefe para sentir que lo estás haciendo bien. Quizás estás permitiendo que las redes sociales te digan si eres o no eres suficiente. ¿A quién le permites que sea tu autoridad para decir quién eres o quién deberías ser? Dios y Su Palabra deben ser la máxima autoridad en tu vida.

En el libro de Mateo leemos el encuentro de Jesús con Satanás. El diablo intenta tentar a Jesús atacando su identidad. "Si eres el Hijo de Dios", le dijo. ¡Me encanta la respuesta de Jesús! No intenta defenderse o debatir. Él sabe quién es: ¡el Hijo de Dios, heredero del trono celestial, Rey de Reyes y Señor de Señores! Fíjate cómo el diablo ataca la identidad de Jesús dos veces antes de abandonar esa táctica. Eso es porque Satanás no es creativo. Él viene con los mismos ataque y las mismas mentiras mientras busca puntos débiles en nuestra armadura. Por eso debemos estar en guardia y al igual que Jesús, atacar con armas más poderosas.

Las Escrituras son definidas como la Espada del Espíritu. Cuando las usamos para cortar las mentiras que vuelan hacia nosotros, le damos a Dios la autoridad sobre nuestra identidad haciendo que los dardos del enemigo sean impotentes. No debemos colocar nuestra identidad sobre nuestra carrera, nuestro pasado, estado civil, hijos, o lo que la gente dice de nosotros y ni siquiera sobre lo que hacemos en la iglesia. La respuesta no viene de nuestra comunidad, nuestros críticos o nuestra cultura. Sólo Dios debería tener la autoridad sobre lo que creemos de nosotros mismos. Nuestra auténtica identidad reside solamente en Él. 

Pasos de acción:

Sigamos los pasos de Jesús. Deja que Sus respuestas al ataque de Satanás sean tu plan de batalla. No le des al enemigo ningún apoyo dejándole que te haga dudar sobre quién fuiste creada para ser. Aprende cómo empuñar la Espada del Espíritu contra las mentiras del enemigo, las injustas expectativas de este mundo y la negativa charla contigo misma. Tú eres amada, valiosa, querida y preciada por tu Padre en los cielos. Declara esa verdad una y otra vez hasta que sustituya esa decepción que has permitido que resida en tu corazón. Quien realmente eres es una amada hija de Dios.