Vivir el cambio: Encontrando IdentidadMuestra
Cambiando nuestro diálogo interior
Cuando te piden que te presentes, ¿qué te viene a la cabeza?
Mi diálogo interior nunca fue una verdadera reflexión sobre la mujer que Dios hizo. Sin Su ayuda para cambiar ese diálogo interior, mi respuesta fácilmente hubiera sido algo como: “Soy una madre de 45 años con dos hijos, no tan joven como solía serlo y tengo el pelo gris y arrugas en la cara que lo demuestran. He estado casada por casi 25 años a pesar de que grito demasiado. Según mi doctor, tengo sobrepeso. No puedo respirar bien cuando corro. Prefiero las golosinas y las papas fritas a las espinacas. Soy pastora en mi iglesia, pero estoy completamente descalificada para ello y tengo demasiadas cosas en mi pasado para ser efectiva en el ministerio.”
Mientras esa respuesta cubre mi estado matrimonial, peso, género, edad, trabajo y alguna otra mentira que el mundo me ha contado, no responde a quién soy realmente. Aunque algunas de esas cosas son verdad acerca de mí, no son las que realmente importan. Son simples circunstancias y no mi identidad.
La verdad es que lo primero y antes que nada, soy una hija de Dios. Fui creada con propósito y para un propósito. Soy una hermosa obra de arte, tejida ingeniosamente por el Creador del universo. Eso lo sé ahora, pero la transición desde la primera respuesta a la segunda no sucedió de la noche a la mañana.
Cuando me sentí llamada por primera vez al ministerio de las mujeres, me sentí encantada. Aparecer en un escenario y decirle a las mujeres que son hermosamente hechas a la imagen de Dios era algo increíblemente difícil cuando yo no sentía que eso era verdad en mí misma. Le pedí a Dios que yo pudiera ver lo que Él ve cuando me mira a mí y puse mi confianza en Su habilidad de cambiar mi perspectiva.
Después de años practicando mi rendición y confianza, ahora soy capaz de verme a mí misma hermosa. Y no depende de lo que se refleja en el espejo, viene de la paz interior y aceptación de que Dios no comete errores. Es suficiente que Él me ha creado y que me llama hermosa.
El aferrarnos a lo que Dios dice produce cambios en nuestra confianza. Sabiendo que Él es bueno y que hemos sido creados según Él lo ha querido nos da vida. Cuando comprendemos lo mucho que Dios nos ama, tal como somos, hace posible que nos amemos mejor a nosotros mismos. Cambiar nuestro diálogo interior no es algo automático y no podemos hacerlo por nuestra cuenta. Tenemos que pedirle ayuda.
Acción:
Si estás luchado con tu identidad, pídele a Dios, te muestre cómo hacerlo.Élte ve. Pídele que te ayude a identificar las mentiras que has creído sobre ti mismo y comienza a sustituirlas por Su verdad. Él estará contigo todo el tiempo que esto dure, vez tras vez, hasta que entiendas que vales la pena, que eres hermoso, capaz y amado. Sin importar cuánto tiempo has seguido a Jesús, si tu diálogo personal no tiene nada que ver con lo que Dios dice de ti, entonces hay trabajo por hacer. Pídele con fuerza a Dios que te ayude a verdaderamente abrazar tu identidad en Cristo.
Acerca de este Plan
Con tantas voces diciéndonos quiénes ser, no hay duda de que luchamos con nuestra identidad. Dios no quiere que seamos definidos por nuestra carrera, estado civil o nuestros errores. Él quiere que Su opinión sea la autoridad más importante en nuestras vidas. Este plan de seis días te ayudará a interiorizar lo que la Biblia dice sobre quién eres y encontrar tu auténtica identidad en Cristo.
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