¡Mujer, valórate!Muestra

La mujer como obra de arte

El valor de una mujer de carne y hueso, combinado con sus experiencias y los elementos que componen su ser, no se puede cuantificar con todo el dinero del mundo porque todas somos únicas e irrepetibles. Si podemos asignar valores incalculables a una pieza de arte, y asignar valores exuberantes a casas, autos, botes, ¿por qué se nos hace tan difícil entender que, como mujeres, creadas por el artista por excelencia, nuestro valor es incalculable?

No fuimos creadas por casualidad. Si internalizamos nuestro valor conociendo estos principios, ciertamente podemos elevarnos a convertirnos en la mujer que aspiramos ser, y no en lo que muchas veces nos convertimos cuando devaluamos nuestra vida. Lamentablemente, muchas veces las mujeres se encuentran en posiciones donde no son valoradas. Hay muchas razones por las cuales una mujer es desvalorizada, ya sea por otros o por sí misma. Un ejemplo sucede con las mujeres que se dedican a la crianza de sus hijos, las que optan por no trabajar fuera del hogar, las que se dedican al cuidado de sus casas y sus familias. 

El más alto precio que jamás se haya pagado en la historia del mundo se pagó en la cruz del calvario por nuestro Señor Jesucristo cuando entregó su vida por nosotros. Ese precio se pagó por ti. No permitas que los ojos incorrectos determinen tu valor, mujer. Sé tú quien determine tu valor de acuerdo con la perspectiva que tienes de ti misma para que no te olvides de tu valor ni le des poder a nada ni a nadie para perjudicar tus días. Cada vez que te suceda algo especial, escríbelo en un papelito, guárdalo en un frasco y léelo en uno de esos días oscuros.