Fe por encima del miedoMuestra

Nuestra fe es el arma más grande que tenemos. Podemos no siempre sentirnos fuertes pero cuando obramos por fe no hay nada que no podemos superar. El poder de nuestra fe tiene la habilidad de traer el mundo a nuestros pies. ( 1 Juan 5:4 MSG).

Mateo 8 muestra un ejemplo de alguien que tenia gran fe. Un soldado vino a Jesús y le pidió que curara a su siervo. Cuando Jesús accedió a ir a su casa, el centurión le dijo "No". Él solo necesitaba que Jesús diga una palabra y su siervo haría todo.

Jesús se maravilló y le dijo a todos que Él nunca había visto tan grande fe. Jesús tenía muchas personas a su alrededor que lo seguían, que lo habían visto hacer milagros y creían en Él de todo corazón. A pesar de eso, alguien que interactuó con Él una vez era de quien Jesús dijo que tenia la fe más grande.

¿ Cómo es producida esa fe tan grande? ¿Leyendo cientos de capítulos de la Biblia? ¿ Orando por horas cada día?¿ Yendo a la iglesia varias veces por semana?¡NO! Ir a la iglesia, leer la Biblia y orar son cosas maravillosas que debemos hacer regularmente, pero no son un indicador de cuánta fe tenemos.

La gran fe viene por escuchar la Palabra de Dios, creer que es verdadera, y actuar de acuerdo a lo que escuchamos. La verdad es que saber si realmente creemos algo es nuestra respuesta en los tiempos duros. Como Santiago 2 dice, "¿Qué es lo bueno, hermano y hermanas,de decir que tienen fe pero no lo demuestran con sus acciones? ¿Puede ese tipo de fe salvar a alguien?"

Si tenemos fe en que Dios suplirá nuestras necesidades, aún cuando no sabemos como lo hará, elegiremos descansar en Su promesa antes que estresarnos por lo que parece ser. Si creemos que Él nunca nos dejará o nos abandonará, elegiremos encontrar bienestar en Su presencia en los tiempos de prueba. Si confiamos en Dios, elegiremos tener fe sobre el miedo.

Cuando lo que creemos se alínea con nuestras palabras y acciones, tenemos el poder de ganarle al miedo, la preocupación y la ansiedad. No importa que pueda suceder en la vida, podemos fortalecer nuestra fe y encontrar confianza en el hecho que Jesús, quien vive en nosotros, ya ha vencido al mundo.