Sin temor: cómo los cristianos pueden responder a las crisisMuestra

Somos sacrificados, no egoístas. 

En el despertar de las pandemias, desastres naturales y otras crisis, es natural querer acumular artículos y pensar en ti primero. Y mientras es ciertamente no equivocado proteger y proveer para ti mismo y tu familia, como seguidores de Jesús, somos llamados a ser sacrificados, no egoístas. 

Revisa lo que Pablo escribió acerca de eso: 

No sean egoístas; no intenten impresionar a otros. Sean humildes, pensando de otros como mejores que ustedes mismos. No busquen sus propios intereses únicamente, sino interesense en otros, también. Deben tener la misma actitud que Cristo Jesús tuvo. Filipenses 2:3-5 NTV

Si decimos que seguimos a Jesús, pero nuestras vidas no parecen como la vida de Jesús --entonces tenemos que preguntarnos si realmente estamos siguiendo a Jesús. 

En tiempos de crisis, muchas personas se volverán hacia dentro de sí. Almacenarán productos, se esconderán, y acumularán sus recursos. Mientras no hay nada malo con estar preparados, como el cuerpo de Cristo, ponemos a otros primero. 

Hay una diferencia entre prepararse sabiamente y acaparar de manera egoísta. Si hay una pandemia o emergencia en tu área, deberías seguir absolutamente las orientaciones de los oficiales de salud y del gobierno. Deberías absolutamente escuchar el consejo sabio y prepararte a ti mismo y a tus amados. Pero no podemos servirnos a nosotros mismos a expensas de otros. 

Sólo piensa en la primera Iglesia. Continuamente se reunían. Vendían propiedades y posesiones personales para poder satisfacer necesidades en sus comunidades. Esto no era acerca del edificio de la iglesia. Era acerca de las personas. 

Como seguidores de Jesús, somos la Iglesia. No importa lo que pasa en el mundo a nuestro alrededor, somos llamados a dirigir el camino con una generosidad irracional Somos llamados a ser la Iglesia por amar aquellos a nuestro alrededor de la forma que Jesús lo haría. 

Compartimos con aquellos en necesidad. Permanecemos listos para hacer lo que es bueno. Pensamos en otros antes que en nosotros mismos.

Jesús no fue egoísta. Él fue sacrificado. Dio su vida para para que pudiéramos salvar las nuestras. Como Sus seguidores, lideramos el camino--especialmente en emergencias--por ser sacrificados, no egoístas. 

Ora: Dios, gracias por enviar a Jesús como el sacrificio perfecto por nuestros pecados. Ayúdame a seguir ese ejemplo por vivir sacrificialmente, no egoístamente. Dios revélame cualquiera de las oportunidades donde pueda servir a otros y compartir Tu amor. En el nombre de Jesús, amén.