Vivir renovado: Después del divorcioMuestra

Propósito

Cuando se está en medio de una situación dolorosa, las cosas rara vez tienen sentido porque no se logra ver aún el resultado. No se logra ver cómo esto puede usarse para bien. Pero Dios nos promete que Él está obrando en todo para nuestro bien. Sí, incluso esto. 

Cuando finalizó mi divorcio, me sentí triste pero con esperanza. A pesar de la incertidumbre que tenía sobre mi futuro, sabía que podía estar segura de que Dios tenía un plan para mi vida y que usaría mi divorcio para provocar algo bueno. 

Poco tiempo después, comencé a pensar cómo podría usar los dones y las pasiones que Dios me ha dado para ayudar a otras mujeres que estaban atravesando un divorcio. Pensé sobre cómo yo no hubiera podido atravesar mi divorcio sin las mujeres que me amaron y animaron en ese momento. Se aseguraron de que comiera, se quedaban en las noches para hacerme compañía, oraron por mí y respondieron mis llamadas en todo momento. Dios sabía que yo necesitaba una comunidad de mujeres a mi alrededor y las puso en mi vida en el momento preciso. Yo quería darle eso a otras.

No fue fácil, pero comencé con un grupo pequeño. Tuve que elaborar un plan de estudios, seguir con reuniones semanales cuando solo una mujer llegaba y ayudar a mamás solteras a resolver el cuidado de los hijos. Más difícil aún, tuve que evitar que nuestro grupo cayera en una espiral de negatividad, animarlas sin anular sus sentimientos y aprender a no llevar sus cargas. Y todo valió la pena. Las mujeres que Dios reunió en ese grupo se necesitaban una de la otra y siempre tendrán un vínculo cercano.

Recordar ese grupo me trae gozo. De algo terrible y doloroso, Dios trajo belleza y amistad. Posiblemente aún no lo veas, pero Él está listo para hacer lo mismo en tu vida. 

Dios se preocupa por ti tan profundamente que se rehúsa a dejar que te ahogues en tu tristeza. Permítele que te saque de tu dolor al darte un propósito. Pregúntale que quiere hacer en ti y a través de ti. Tal vez Él quiera que consueles a alguien en tu vida sencillamente al contarle tu historia. O, a lo mejor, Él te está dando un empujón para compartir tu historia en un blog o una publicación en redes sociales, escribir un libro o comenzar un ministerio. 

Estate atenta, escucha lo que Él te indica y sigue Su instrucción. Ningún acto de obediencia es demasiado pequeño o insignificante. Puede que tú seas exactamente lo que alguien necesita en este momento duro de su vida.

Dios, gracias por usar mi dolor para bien. Gracias por darme un propósito y usarme para glorificar Tu nombre. Ayúdame a estar atenta a Tu instrucción y a entender con claridad Tu dirección para que pueda ser una vasija para Tu buena obra. Ayúdame a dejar de centrarme en mí y centrarme en las personas que necesitan ayuda. Sobre todo, deseo hacer Tu voluntad y agradarte. Gracias por Tu guía y amor. En el precioso nombre de Jesús, amén.