Sueños RedimidosMuestra
Un bonito sábado por la mañana, observé a mi dulce hija de 3 años mientras dormía tranquilamente. Había estado esperando ansiosamente que se despertara, porque tenía planeado sorprenderla con su desayuno favorito y llevarla a ver una película y a tomar helado.
Suavemente aparté el cabello de su frente y comencé a acariciar su mejilla. «Despierta cabecita somnolienta» le susurré al oído.
De repente, sus brazos y piernas se agitaron mientras volaba en una rabieta furiosa. «¡Noooooo! No quiero levantarme», gritó ferozmente. Su carita angelical se torció en un ceño fruncido y se volvió del color de un nabo.
Mi corazón se hundió. Además de estar enfadada por su arrebato, estaba completamente decepcionada de que no pudiéramos tener el día divertido que había soñado para ella.
Mi hija quería seguir en la cama, tal y como ya estaba. Estaba cómoda en su sueño fantástico. Su protesta salvaje provocó que se perdiera algo realmente genial. De ninguna manera iba a llevarla a su cita especial y recompensar así su arrebato. Si ella hubiera sabido lo que tenía planeado para ella, ¿se hubiera comportado diferente? Si ella hubiera confiado en mi plan, si ella hubiera confiado en mi, ¿habría tenido una respuesta diferente?
Me pregunto si alguna vez habré perdido lo que Dios tenía en mente para mi, porque estaba demasiado cómoda donde en mi situación. Muy enfocada en lo que yo quería.
A veces, queremos lo que queremos y pensamos que es lo que necesitamos. Pero si de verdad confiamos en que Dios es bueno y que su plan es bueno, escucharíamos. Lo seguiremos—incluso cuando interrumpa nuestros propios planes y nos saque de nuestra de confort. Incluso cuando significa que es hora de dejar de lado las relaciones, hábitos, o el dolor que nos ha estado frenando.
La confianza es la base misma de la fe—tener fe en Dios es confiar en Su plan, incluso cuando no lo entendemos. It is also the foundation of the God dream for our life. En los tiempos en que los que sentí como si la vida como la conocía se estuviera desmoronando por completo, confiar en Dios me dio un lugar firme donde estar de pie.
«Despierta, querido. Abre tus ojos. Ven conmigo. Tengo algo maravilloso planeado para ti. Para que experimentes lo que tengo reservado para ti, no puedes quedarte donde estás. Es hora de seguir adelante, mi amor».
Creo que Dios nos está invitando a ti y a mí a un plan que es más asombroso de lo que nuestra imaginación puede imaginar. Uno que incluirá la restauración y la redención de todo lo que se había perdido y robado. La pregunta es, ¿confiaremos en Él lo suficiente como para seguirlo?
Escritura
Acerca de este Plan
¿Qué hacemos cuando nuestros sueños parecen estar fuera de alcance o incluso destrozados? Habiendo sobrepasado el abuso y trauma, así como la angustia de un divorcio, me he enfrentado a esta pregunta una y otra vez. Sea que estés experimentando la devastación de una tragedia o pérdida, o la frustración de una larga temporada de espera, ¡El sueño de Dios para tu vida sigue vivo! Amigo o amiga, es tiempo de soñar de nuevo.
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