Sueños RedimidosMuestra
Mi primer Día de la Madre- Un día que imaginé que estaría lleno de flores y sentimientos efusivos. Sin embargo, me encontré a mi misma escuchando una confesión que llevaría al fin de mi matrimonio. Traumatizada y afligida, No estaba en condiciones de criar a mi bebé durante las primeras 24 horas. Mis queridos amigos fueron lo suficientemente amables como para cuidar de ella por la noche.
Cuando llegué a recogerla al día siguiente, Me senté en un charco de lágrimas en la alfombra de su sala, lamentándome. «Era su esposa. Hicimos los votos. Se suponía que íbamos a criar niños y a tener nietos juntos. Íbamos a romper el ciclo del divorcio en nuestras familias. Se suponía que íbamos a envejecer juntos.»
Ella escuchó con compasión antes de ofrecer una observación. «Harmony, suena como si hubieras pintado un retrato de lo que querías que fuera tu vida. Sé que es duro, pero puede que sea tiempo de que dejes el lienzo y confíes en Dios para que pinte uno nuevo».
Estaba en lo cierto. No solo estaba lamentando la vida que conocía, sino la que había imaginado que tendríamos. Dolor encima de dolor. Muchos de nosotros pasamos tiempo pintando como serán nuestras vidas. Pintamos un lienzo en nuestras cabezas con nuestras bodas, hijos, carreras, amistades, y a veces incluso fechas para todas esas cosas.
La visión es algo bueno, ¿pero qué pasa cuando nuestros sueños y expectativas se ven destrozados por las decepciones de la vida? ¿Por la muerte de algún ser querido, la ruptura un matrimonio, o la pérdida de una carrera?¿Cómo responder? ¿Nos enfadamos contra Dios y respondemos con amargura? ¿Prometemos no volver a soñar nunca más, porque duele mucho tener esperanza? O, ¿Estamos dispuestos a abrir nuestras manos y entregarle el lienzo de nuestras vidas?
Yo también he pintado un lienzo de cómo sería mi vida, pero he descubierto que mi lienzo puede no ser consistente con el lienzo definitivo que Dios está pintando para mí.
La fantasía puede ser idolatría. Esto pasa cuando ponemos nuestra confianza en una imagen tallada por nuestra mente. Puede ser mucho más fácil confiar en algo que podemos ver y controlar, que postrar la confianza sobre Dios, el cuál no podemos ver ni controlar.
Una relación verdadera e íntima puede dar miedo. La curación puede dar miedo. Estas cosas requieren de confianza y valentía para andar con Dios a través de caminos desconocidos que no hubiéramos imaginado. Pero Dios, nuestro Dios, Él quiere llevarnos a este viaje. Él allanará nuestros lugares ásperos y traerá luz donde no hay.
Si permitimos que la luz de Dios penetre en nuestros corazones, Él puede exponer la verdadera fuente de nuestro dolor, así que la curación puede llevarse a cabo. Solo así seremos capaces de ver con claridad lo que nos ha impulsado a escapar en la fantasía. ¡Solo así seremos capaces de entregar el lienzo de nuestra vida al buen Dios, sabiendo que puede hacer mucho, y de manera abundante por encima de todo lo que podamos pedir o imaginar!
Escritura
Acerca de este Plan
¿Qué hacemos cuando nuestros sueños parecen estar fuera de alcance o incluso destrozados? Habiendo sobrepasado el abuso y trauma, así como la angustia de un divorcio, me he enfrentado a esta pregunta una y otra vez. Sea que estés experimentando la devastación de una tragedia o pérdida, o la frustración de una larga temporada de espera, ¡El sueño de Dios para tu vida sigue vivo! Amigo o amiga, es tiempo de soñar de nuevo.
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