El manifiesto de las citasMuestra

Buenos regalos

A menudo se nos anima a estar agradecidos por lo que tenemos, pero no olvides ser agradecido por lo que no tienes también. Agradece a Dios por la “nada” (falta de pareja) que es una bendición disfrazada. Algún día verás la gracia de Dios en todo.

Mientras tanto, recuerda que Dios está dispuesto a darte buenos regalos también (mira Mateo 7:9-11).

Es verdad que muchos de nosotros no estamos donde hubiéramos esperado estar en términos de matrimonio. Nos sentimos engañados y dejados atrás. Dejando a un lado nuestros propios errores y pasos en falso, las generaciones de pecado cultural que nos han precedido nos han situado en un paisaje relacional confuso, voluble y cada vez más fragmentado.

El hecho de que alguien aún se case es un milagro. Similar a los términos “Dios” y “fe", ya no se puede asumir un entendimiento común de la palabra “matrimonio”.

Tenemos que aferrarnos a lo que sabemos de la Palabra de Dios. Tenemos que elegir defender el matrimonio aun antes de que se establezca el nuestro. Debemos luchar por pureza, fidelidad, y el coraje de amar a otros con valentía.

Esto debe hacerse incluso mientras esperamos.

Nunca quise ser el símbolo de la soltería. Ciertamente nunca lo pedí. Pero con miles de adultos jóvenes solteros que me ven como ejemplo para sobrellevar, no para conquistar, una temporada de soltería con gracia y dignidad, es donde estoy.

Llamé a mi mamá hace un par de fin de semanas, y me preguntó que estaba haciendo. “Bien, acabo de terminar una entrevista de radio de una hora".

“¿De qué tema?”

“La soltería.”

“¡Oh, por el amor de Dios! ¿Todavía sigues con ese tema? Necesitas encontrar un hombre solitario que se case contigo para que puedas seguir adelante.”

Jaja. Me encantaría, mamá.Y oro por ello. ¿Y sabes qué? Mientras esté viva, todavía hay esperanza de que eso suceda. Pero gracias a Dios, he aprendido que también estoy bien justo donde estoy. No soy “menos” porque estoy soltera. No estoy incompleta. No estoy olvidada, juzgada o viviendo bajo una sentencia de muerte. Soy una hija redimida y escogida de Dios y Él tiene cosas buenas, no, grandiosas, planeadas para mi si elijo maximizar la temporada en la que estoy, independientemente de lo que me depare el futuro.

Así que, eso es lo que haré.

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