Lecciones de mi jardínMuestra
¿Flores o maleza?
Era primavera, mi estación favorita del año. Mientras arrancaba las malas hierbas de mi jardín de flores, vi algunas plantas "voluntarias", plantas que crecieron de las semillas que cayeron la temporada anterior. Estas pequeñas plántulas se parecían a las caléndulas que crecieron en esta misma parcela el año anterior. ¡Qué emoción! ¡Flores gratis! Las pequeñas plantas parecían tener las mismas hojas verdes lanceoladas y el tallo oscuro, casi negro, de las caléndulas. Cultivé cuidadosamente a su alrededor y añadí más plantas con flores. Pronto tendría un jardín lleno de hermosas flores.
Las regué con cuidado y frecuentemente, y crecieron. Tristemente, cuando las flores aparecieron en estas plantas gratuitas, descubrí que no eran caléndulas con sus alegres pétalos de flores naranjas y amarillas. Estas flores eran pequeñas y tenían un amarillo feo oscuro muy desagradable. ¡Estaba creciendo mala hierba!
En vez de arrancar las plantas cuando las descubrí, las dejé crecer un poco más. Las flores rápidamente se convirtieron en cabezas de semilla y cayeron sus pepitas pegajosas, comenzando otro ciclo de estas feas, ¡falsas flores!
Aprendí una importante lección ese día, la diferencia entre la mala hierba y la caléndula. Aprendí esto estudiando la verdadera flor. Como estudié el diferenciado color de verde, el lugar correcto de las hojas en el tallo, todas las particularidades de la caléndula, rápido me di cuenta que mis obeservaciones iniciales de la calédula eran totalmente erróneas. Ya no sería más engañada y permitiría que mi hermoso lecho de flores fuera infectado con esta mala hierba.
Este principio también es válido para nuestros corazones y espíritus. Con la observación cercana, y el tiempo pasado con el estándar de la rectitud—la Palabra de Dios—discerniremos lo que es falso o pecaminoso en nuestras vidas. Las verdades cercanas no nos engañarán para propagarse y multiplicarse rápidamente. Conocer y creer la verdad—lo que Dios dice—prevendrá el crecimiento del engaño y las mentiras que abarrotan y consumen nuestros corazones y mentes. Sólo estudiando la Verdad reconoceremos la falsificación.
¿Qué estás permitiendo crecer en tu mente y corazón? ¿Eres capaz de reconocer la falsedad de la verdad? ¿Cuáles creencias necesitan ser alimentadas? ¿Cuáles necesitan ser arrancadas?
Hay leyes naturales y espirituales que trabajan en esta metáfora del jardín. Todo lo que dejamos crecer produce aún más. Esto es cierto para las malas hierbas y el pecado. Pero, afortunadamente, también es cierto para el amor y la fe.
Acerca de este Plan
Las plantas y las vides, el agua y la tierra—tantas analogías usadas en la Palabra de Dios rodean la jardinería y las prácticas agrícolas, presentando paralelos para nuestra vida y nuestro corazón. Acompaña a Robin mientras comparte algunos de sus pensamientos a partir de la combinación de dos de sus mayores pasiones: la jardinería y la Biblia.
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